Eugenio Amézquita Velasco
-La procesión del silencio no ha sido cancelada; Fray Sebastián Onofre confirma su continuidad desde el Templo del Carmen en 2026.
-Un grupo se ha separado de la cofradía original; el rector aclara que se trabaja para mantener la unidad eclesial y la tradición litúrgica.
-Las cofradías deben actuar bajo estatutos aprobados; no pueden operar como movimientos independientes ni ajenos a la Iglesia Católica.
Ante rumores difundidos por canales no oficiales, el rector del Templo del Carmen, Fray Sebastián Onofre OCD, desmintió categóricamente la supuesta cancelación de la tradicional Procesión del Silencio. En entrevista con Ágora, el sacerdote confirmó que la procesión sigue programada para el año 2026 y que se están realizando los preparativos necesarios para que salga, como es costumbre, desde el templo ubicado en el centro histórico de Celaya.
“Es falso que se haya cancelado. La procesión seguirá saliendo de aquí, aunque ahora se trabaja de una manera diferente”, declaró Fray Sebastián. La confusión surgió a raíz de una comunicación emitida por un grupo que, según el rector, ha decidido dividirse y no continuar como parte de la comunidad eclesial. “Lo que queríamos era que fueran parte de una comunidad eclesial. No se cancela, está programada para el año que viene y se están haciendo las labores para llevarla acá”, añadió.
El sacerdote también hizo un llamado a la comunidad cristiana que se ha quedado con dudas sobre el futuro de la procesión: “Vamos a hacer después un comunicado oficial e informar cuáles son los pasos a seguir. Todo sigue normal entonces. Así es”.
¿Qué es una cofradía?
La Procesión del Silencio es organizada por los Padres de la Orden de los Carmelitas Descalzos. Una cofradía, figura reconocida dentro del Derecho Canónico como una asociación pública de fieles con fines religiosos, espirituales y caritativos. Según el canon 298 §1, estas asociaciones pueden ser erigidas por la autoridad eclesiástica competente o formadas espontáneamente por los fieles, siempre que promuevan el culto público, la doctrina cristiana o realicen obras de apostolado.
Las cofradías deben operar bajo estatutos aprobados por el obispo diocesano y actuar en comunión con la doctrina de la Iglesia. No son agrupaciones civiles ni clubes sociales, aunque pueden tener personalidad jurídica civil si así lo establece la legislación local, subordinada siempre a su naturaleza eclesial. El canon 301 §1 establece que sólo la autoridad eclesiástica competente puede erigir asociaciones que enseñen doctrina cristiana o promuevan el culto público.
Para pertenecer a una cofradía se requiere estar bautizado, en comunión con la Iglesia, aceptar los estatutos y compromisos espirituales, y participar activamente en sus actividades litúrgicas, formativas y caritativas. La Conferencia Episcopal Española señala que estas asociaciones deben promover la formación cristiana de sus miembros y su integración en la vida parroquial.
Las cofradías no pueden actuar como movimientos políticos ni independientes. Están sujetas a la autoridad del obispo diocesano, y cualquier desviación doctrinal o disciplinaria puede ser motivo de intervención o disolución. El canon 305 §2 establece que la autoridad eclesiástica debe vigilar que se conserve la integridad de la fe y de las costumbres, y evitar abusos en la disciplina.
Entre los derechos de los miembros de una cofradía están participar en actos litúrgicos, recibir formación espiritual, ser representados en órganos internos y solicitar asistencia espiritual. Las obligaciones incluyen cumplir los estatutos, mantener la comunión con la Iglesia, participar activamente y contribuir con cuotas o servicios según lo establecido.
Las cofradías pueden ser disueltas por la autoridad eclesiástica si se desvían de su finalidad religiosa, incurren en abusos doctrinales o disciplinarios, pierden su utilidad pastoral o lo solicitan sus propios miembros por causas justificadas. El canon 320 §2 lo establece claramente: “La autoridad que erigió una asociación pública puede suprimirla por causas graves.”
En conclusión, la Procesión del Silencio sigue en pie desde el Templo del Carmen, bajo la guía de su rector y en comunión con la Iglesia. Las cofradías que la organizan deben mantenerse fieles a su naturaleza eclesial, evitando divisiones que comprometan su misión espiritual y litúrgica. #MetroNewsMx #GuanajuatoDesconocido
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