Eugenio Amézquita Velasco
- El Ayuntamiento de Xichú lamenta la pérdida del profesor Antonio Cabrera, promotor cultural y figura clave en la vida artística local.
- Antonio Cabrera dedicó más de 25 años a enseñar con arte, sembrando paz en las aulas mediante pintura, poesía y modelado en barro.
- Su visión del arte como herramienta contra la violencia lo llevó a impulsar proyectos en Xichú y municipios vecinos de la Sierra Gorda.
- Fue descrito como un maestro con calidez humana, capaz de crear ambientes de aprendizaje sensibles, tranquilos y transformadores.
- Su legado vive en murales, talleres y corazones; la comunidad lo honra como símbolo de paz, cultura y esperanza compartida.
XICHÚ.- "El Honorable Ayuntamiento de Xichú, Gto. 2024–2027, a través de la Casa de la Cultura y la Administración Municipal, lamenta profundamente el sensible fallecimiento del Profesor Antonio Cabrera Caudillo , promotor cultural y asesor de talleres de este municipio". Con estas palabras, se precisa la irreparable pérdida para el pueblo de Xichú, de uno de sus grandes docentes.
"Su partida representa una pérdida irreparable para la promoción, el crecimiento cultural y la búsqueda de la diversidad artística y artesanal en la Sierra Gorda de Guanajuato.
El legado del Profe Toño permanecerá vivo en cada proyecto, en cada taller y en el corazón de quienes compartieron con él la pasión por la cultura y el conocimiento".
"Su despedida llena de tristeza nuestros corazones, pero también nos une como comunidad en la oración y en la búsqueda incansable de la fraternidad y armonía, con la esperanza de pronta resignación para sus familiares, amigos y compañeros. Descanse en paz. Atentamente: Administración Municipal 2024–2027 H. Ayuntamiento de Xichú, Gto."
Antonio Cabrera: el maestro que pintó paz en los corazones de Xichú
En un rincón del noreste guanajuatense, donde las montañas abrazan la esperanza, vivió y enseñó un hombre que convirtió el arte en refugio, en camino, en luz. Antonio Cabrera Caudillo, conocido por todos como el maestro Toño, dedicó más de 25 años a sembrar paz en las aulas, no con discursos, sino con pinceles, barro, poesía y ternura.
Docente de física y educación socioemocional en la Secundaria Benito Juárez, Toño entendía que el alma de los jóvenes no solo necesita fórmulas, sino también color, ritmo y expresión. “Cada hora dedicada al arte es alimento para el alma, es alejarnos de cosas que nos debilitan, que nos hacen daño”, decía con convicción.
El arte como escudo contra la violencia
Para Toño, el arte no era un lujo ni un pasatiempo. Era una herramienta de transformación. “El arte humaniza y ayuda a crecer con una autoestima sana, con habilidades creativas, innovadoras y sólidas”, afirmaba. Bajo esa visión, impulsó decenas de proyectos en Xichú y municipios vecinos como San Luis de la Paz, Tierra Blanca y Victoria.
Entre sus iniciativas destacan murales escolares que cuentan historias de identidad y esperanza, talleres de pintura al óleo, acuarela y acrílico; modelado en barro y creación de máscaras. Composición poética para raperos. Tapetes efímeros para Día de Muertos. Bibliotecas humanas y tianguis de saberes. Conciertos con artistas regionales y nacionales. Presentación de libros y exposiciones de arte
Cada actividad era una semilla de paz, una invitación a soñar, a sanar, a convivir.
Un maestro que tocó almas
Lourdes Montserrat Alvarado Ruiz, directora de la secundaria donde Toño enseñaba, lo describió como “una persona con calidez humana, que orienta a estudiantes, fomenta el arte y los sensibiliza al incluirlos en proyectos y talleres, muchas veces extracurricularmente. Él crea ambientes que propician tranquilidad y por ende los estudiantes aprenden mejor”.
Toño no solo enseñaba: acompañaba. Escuchaba. Inspiraba. “Es importante aportar lo que tenemos para recuperar nuestro tejido social. Me gusta motivar a las y los estudiantes y apoyarles en la construcción de sus sueños y de otros mundos más bellos, a partir del arte”, decía.
Legado que florece
Su visión era clara: “Las artes no deben convertirse en actividades secundarias o de relleno. Son la ventana al mundo del crecimiento humano. Si le dedicamos más tiempo a las artes, estaremos acompañando a nuestros niños, niñas y jóvenes a un mañana más hermoso, con menos violencia, con más amor y con más paz”.
La Secretaría de Educación de Guanajuato reconoció públicamente su labor por promover una convivencia armónica y la construcción de la paz duradera en los centros educativos, en sintonía con el Pacto Social por la Educación.
Antonio Cabrera Caudillo no solo dejó murales en las paredes. Dejó huellas en el alma de quienes lo conocieron. Su legado vive en cada estudiante que aprendió a mirar el mundo con ojos de belleza, en cada docente que entendió que educar también es sanar, y en cada comunidad que descubrió que el arte puede ser el primer paso hacia la paz.
Hoy, Xichú honra a su maestro. Y el arte, silencioso pero firme, sigue hablando por él. #MetroNewsMx #GuanajuatoDesconocido

