Eugenio Amézquita Velasco

-El Señor del Santo Entierro representa a Cristo muerto, bajado de la cruz, yacente en el sepulcro, en espera de la resurrección.
-Su imagen, venerada en Orduña de Abajo, es centro de recogimiento, duelo y esperanza durante la procesión del Viernes Santo.
-El silencio de la procesión, acompañado por la Virgen Dolorosa, expresa el dolor humano y la fe en la victoria sobre la muerte.
-La frase “descendió a los infiernos” del Credo se vincula con esta advocación como acto de liberación de las almas justas.
-El Catecismo enseña que Cristo descendió al seno de Abraham, no al infierno de condenados, para abrir las puertas del cielo.
-San Nicolás de Tolentino, patrón de las ánimas del Purgatorio, refuerza esta esperanza con su intercesión y milagros.

El término "Señor del Santo Entierro" se refiere a una advocación de Jesucristo que lo representa en el momento de su muerte, específicamente después de ser bajado de la cruz y antes de su sepultura.

Esta imagen es una de las más solemnes y veneradas en la fe católica, especialmente durante la Semana Santa. Representa a Cristo yacente, es decir, acostado en un féretro o urna de cristal.

Significado y simbolismo

-Muerte y sacrificio: La imagen evoca el profundo sacrificio de Jesús, quien, al entregar su vida en la cruz, venció el pecado y la muerte.
-Viernes Santo: La procesión del Santo Entierro es un elemento central de las celebraciones del Viernes Santo, el día en que la Iglesia conmemora la pasión y muerte de Cristo.
-Silencio y duelo: A diferencia de otras procesiones más festivas, la del Santo Entierro se caracteriza por el silencio, el luto y el recogimiento, en señal de duelo por la muerte de Jesús. La figura de la Virgen María Dolorosa, su madre, a menudo acompaña la procesión, lo que acentúa el sentimiento de dolor y pérdida.
-Esperanza en la Resurrección: Aunque la imagen representa la muerte, en la fe cristiana también lleva implícita la esperanza en la resurrección. Simboliza el tiempo en que el cuerpo de Cristo yace en el sepulcro, esperando la victoria definitiva sobre la muerte que se celebrará el Domingo de Pascua.

En muchas comunidades, estas imágenes son objetos de gran devoción, y las leyendas locales a menudo se asocian con su origen o con los milagros que se les atribuyen.

La conexión del Señor del Santo Entierro y el la frase: "Descendió a los infiernos"

Etimológicamente, la palabra "infierno" proviene del latín inférnum o ínferus, que significa "por debajo de" o "lugar inferior".

Esta raíz latina está relacionada con la idea de un lugar subterráneo o bajo tierra, lo que históricamente se asociaba con la morada de los muertos en diversas culturas, incluyendo la mitología romana.

Es interesante notar que el término se relaciona con otras palabras de la misma raíz, como "inferior", que también significa "más abajo" o "de menor rango". Con el tiempo, esta connotación de un lugar "abajo" o "subterráneo" se incorporó al concepto religioso de un reino de los muertos o de castigo.

Desde las enseñanzas de la doctrina cristiana, la frase del Credo que nos dice que de Cristo; "y descendió a los infiernos" significa que, después de su muerte en la cruz, Jesús, en su alma humana, visitó el lugar donde se encontraban las almas de los justos que habían muerto antes que él. Este lugar no se refiere al infierno de los condenados, sino al "seno de Abraham" o "limbo de los justos".


Propósito del descenso

El Catecismo de la Iglesia Católica y las enseñanzas de los Padres de la Iglesia explican que el descenso de Cristo tuvo un propósito específico: liberar a los justos. Al morir, Cristo rompió las cadenas del pecado y de la muerte para todos, incluyendo a aquellos que vivieron antes de su venida. Al descender, les abrió las puertas del cielo para que pudieran entrar en la presencia de Dios.

Puntos clave

-Liberación, no castigo: El descenso no fue un castigo, sino un acto de liberación. Cristo no fue al infierno -el lugar inferior, el lugar por abajo del cielo- de los condenados para sufrir, sino para rescatar a las almas que esperaban la redención.
-Significado del término "infiernos": En este contexto, la palabra "infiernos" (del latín inferus) se refiere a "los de abajo", es decir, el lugar de los muertos, no al lugar de condenación eterna. Es el estado de separación de Dios en el que se encontraban las almas de todos los difuntos, tanto justos como pecadores, antes de la resurrección de Cristo.
-Victoria sobre la muerte: Este acto demuestra que la victoria de Cristo no se limita al mundo de los vivos, sino que también tiene poder sobre la muerte y el reino de los muertos. En el Credo de los Apóstoles, esta afirmación sigue a la muerte y sepultura de Cristo y precede a su resurrección, mostrando el orden de los acontecimientos que culminan en la salvación.

¿En qué momento se da este hecho

Según la doctrina cristiana, este hecho se da en el período de tiempo que transcurre desde la muerte de Cristo en la cruz hasta su resurrección al tercer día.

Es un momento crucial del Misterio Pascual, que abarca la pasión, muerte, descenso a los infiernos, y resurrección de Jesucristo. El Credo de los Apóstoles lo sitúa entre la sepultura y la resurrección, lo cual lo convierte en el evento del Sábado Santo.

En resumen:
-Viernes Santo: Cristo muere en la cruz.
-Sábado Santo: Su alma desciende a la morada de los muertos (los "infiernos" o "seno de Abraham") para liberar a los justos.
-Domingo de Pascua (el "tercer día"): Resucita de entre los muertos.

Por ello, la Iglesia enseña que la victoria de Cristo sobre la muerte no solo se manifestó en su resurrección corporal, sino que también tuvo lugar en el mundo de los muertos, proclamando su triunfo a las almas que le habían precedido.

San Nicolás de Tolentino y la conexión con Cristo

San Nicolás de Tolentino es considerado el patrón de las ánimas del Purgatorio principalmente por una visión mística que tuvo, la cual fue ampliamente difundida y aceptada dentro de la tradición agustina y popular.

Según la tradición, San Nicolás, un fraile de la Orden de San Agustín, tuvo una revelación en la que un fraile agustino ya fallecido, de nombre fray Bonaventura, se le apareció para pedirle que celebrara una Misa por las almas del Purgatorio. Durante la Misa, San Nicolás vio cómo las almas eran liberadas de sus penas y subían al cielo.

A partir de este evento, San Nicolás dedicó gran parte de su vida y ministerio a la oración y a la celebración de Misas por los difuntos. Se le atribuyen numerosos milagros relacionados con las almas del Purgatorio, y se cree que su intercesión es particularmente efectiva para aliviar los sufrimientos de los fieles difuntos y ayudarlos a alcanzar la gloria celestial.

Puntos clave que consolidaron su patronazgo

-La visión de fray Bonaventura: Este evento místico es el origen de su devoción por las ánimas.
-Vida de oración y sacrificio: Su vida de santidad y penitencia, incluyendo la abstinencia de carne, fue vista como un mérito que podía ofrecer por los difuntos.
-Milagros póstumos: Tras su muerte, se le atribuyeron milagros y apariciones en las que intercedía por las almas del Purgatorio, lo que reforzó su fama como intercesor celestial.

La devoción a San Nicolás de Tolentino y a las ánimas benditas es un reflejo de la creencia católica en la comunión de los santos, es decir, la unión espiritual entre los fieles de la Iglesia que están en la tierra (Iglesia militante), los que están en el Purgatorio (Iglesia purgante) y los que ya están en el cielo (Iglesia triunfante). A través de la oración y el sacrificio, se cree que los vivos pueden ayudar a los difuntos a alcanzar la salvación.

Es un dogma de fe lo manifestado en el Credo cuando se dice que Cristo "descendió a los infiernos" es un dogma de fe para la Iglesia Católica.

Un dogma de fe es una verdad revelada por Dios y propuesta por el Magisterio de la Iglesia como obligatoria para ser creída por los fieles.

La fuente principal donde se establece esta verdad es el Credo de los Apóstoles y el Credo Niceno-Constantinopolitano, que son las profesiones de fe más antiguas y universales del cristianismo.

Fuentes documentales y magisteriales

1.  El Credo de los Apóstoles: Este es el documento más directo y claro. La frase exacta es: "Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos."

2. El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC): El Catecismo, en sus artículos 631 a 637, desarrolla y explica en profundidad este dogma. En particular, el artículo 632 afirma explícitamente: "La breve fórmula del Credo «descendió a los infiernos» es una confesión de fe que, aunque es una de las más difíciles de entender, forma parte de la fe de la Iglesia."
    
    Y el artículo 633 añade: "La Escritura llama 'infiernos' (hebreo, Sheol; griego, Hades) a la morada de los muertos."

3. San Pedro Apóstol: Los orígenes de esta creencia se encuentran también en las Sagradas Escrituras, particularmente en el Nuevo Testamento. Aunque no con la misma formulación, se hace referencia a este suceso en:
    -Hechos de los Apóstoles 2:24, 27 y 31: Donde San Pedro cita el Salmo 16 para explicar que la resurrección de Jesús implica que su alma no fue abandonada en el Hades (el lugar de los muertos).
    -Primera Carta de San Pedro 3:18-19: "Porque también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu. En él también fue y predicó a los espíritus encarcelados."

En resumen, la afirmación de que Cristo descendió a los infiernos es un dogma de fe, reconocido y enseñado por el Magisterio de la Iglesia Católica, con base en las antiguas profesiones de fe (los Credos) y con apoyo en la interpretación de los textos del Nuevo Testamento.

El nombre del fraile: Bonaventura

El nombre Buenaventura proviene del latín Bona ventura, que significa "buena suerte" o "buen suceso".

Es un nombre de origen medieval que se popularizó, en gran medida, gracias a la figura de San Buenaventura, un importante teólogo, filósofo y cardenal franciscano del siglo XIII. Él fue uno de los pensadores más influyentes de su época y es conocido como el "Doctor Seráfico" de la Iglesia.

Hoy en día, el nombre se usa tanto como un nombre de pila como un apellido y mantiene su connotación positiva de "buena fortuna" o "buen destino". #MetroNewsMx #GuanajuatoDesconocido