Interior de la cúpula del Santuario de Atotonilco./ FOTO: Eugenio Amézquita Velasco
Eugenio Amézquita

ATOTONILCO, GTO.- "Hablar de Atotonilco es hablar de la Gloria de Dios que se hizo piedra", reconoce el Pbro. Fernando Manríquez Cortés, párroco de la Parroquia Jesús Nazareno, que tiene su templo en el Santuario de Atotonilco.


Señala que "Todos sabemos que un patrimonio es el conjunto de bienes adquiridos por herencia familiar y otro origen. Pero le llamamos de la humanidad a los monumentos, espacios naturales, ciudades, etc., considerados de tan gran valor que son reconocidos y se sujetan a un régimen especial para preservarlos como un tesoro incalculable".


"-Hablar de Atotonilco es hablar de la Gloria de Dios que se hizo piedra, pintura mural, escultura y cuadros de caballete en el proyecto del Padre Alfaro que fue la niña de sus ojos en los 36 años de plenitud de su vida después de los 11 años que dejó en San Miguel el Grande (son obra suya la iglesia de Nuestra Señora de la Salud, la"poética y pequeña Capilla del Calvario al terminar una cuesta", comenta el P. Bravo Ugarte S.J.)."


"-Hablar de Atotonilco es siempre gratificante. A diario escucho comentarios de toda clase de personas que, admiradas, expresan la belleza de este espacio creado para el pueblo de Dios y para todas las personas que pueden sentir el gozo de aquello que define Santo Tomás como esplendor de la forma y más concretamente del arte como creación del hombre que hace resplandecer su idea a través de la materia; y lo más hermoso que ese esplendor siga deslumbrando hoy y siempre a las siguientes generaciones".


"-Hablar de Atotonilco es afirmar que nada procede de la nada. Hay que beber en las fuentes de la tradición para sentir a fondo nuestro país y sus raíces ancestrales".

"-Hablar de Atotonilco es acercar a las generaciones de hoy a la belleza con la que hace 2000 años se ha manifestado nuestra fe, y que para México desde el siglo XVI hasta llegar al esplendor del siglo de oro del barroco en el siglo XVIII virreinal, se pudo consolidar el patrimonio cultural y religioso del pueblo mexicano que hoy debemos seguir custodiando como memoria de nuestra identidad a la que hay que acudir para apostar por nuevos pasos hacia el mañana e integrarnos social y culturalmente afianzados en nuestras raíces; creando belleza en nuevos lenguajes artísticos para el tercer milenio, conociendo y amando nuestro pasado, porque no recuerdo bien si lo dijo Dalí u otro artista del siglo XX: Todo lo que no provenga de la tradición, es plagio".


"-Hablar de Atotonilco es recuperar nuestras raíces cristianas en fecundo diálogo con otras religiones y creencias, superando los límites humanos como ventana abierta al cielo evocando la trascendencia. Ya lo dijo el escrito Gabriel Magallanes: Occidente debe volver a mirarse en su espiritualidad como alternativa al laicismo ciego de la actualidad que ha eliminado el horizonte personal de la eternidad. Y tiene razón, porque sólo la eternidad nos vuelve humanos en el sentido más profundo de la palabra. ¿Por qué tanta violencia? Sin horizonte eterno no pasamos de animales carnívoros dotados de inteligencia. El único poder que construye es la fe, que se manifiesta en el amor".

"-Hablar de Atotonilco es hablar de honda espiritualidad y belleza estética como testamento y legado del Padre Alfaro. Todas sus poesías diseminadas en muros y bóvedas son la tinta enamorada de sus versos a lo divino".

Ubicación Geosatelital del Santuario de Atotonilco
y de la Santa Casa de Ejercicios