Eugenio Amézquita Velasco

-Santa Margarita María, la santa fundamental. Jesús le reveló Su Corazón ardiendo, con promesas extraordinarias de salvación y amor.
-La Gran Promesa: el Sagrado Corazón asegura la gracia de la penitencia final a quienes comulguen los nueve primeros viernes de mes seguidos.
-Nacida en Lhautecour (1647), hizo voto de castidad desde niña. Su pureza fue el primer ofrecimiento a Jesús, su esposo elegido.
-Tras la muerte de su padre (1655), sufrió cuatro años de parálisis. Se curó milagrosamente al consagrarse y prometer ser hija de la Virgen.
-Soportó un tormento constante de "cautiverio" en casa, dependiendo de su abuela y tías (Juana Delaroche, Benita de Meulin y Benita Alacoque).
-Superó la presión familiar por las Ursulinas. Oyó la voz: "Aquí es donde te quiero", entrando a la Visitación de Paray-le-Monial (1671).
-Hizo votos en 1672. Venció la aversión a comer queso, sacrificio que agradó a Jesús y aumentó notablemente sus gracias místicas.
-Realizó su profesión religiosa (06/11/1672). Jesús le reveló Su Ley de vida: "Mi amor reina en el sufrimiento, triunfa en la humildad".
-La primera Revelación (Navidad 1673): Jesús le devolvió el corazón como una llama de fuego, causándole una llaga espiritual de amor.
-En San Juan Evangelista (1673), Jesús le reveló los tesoros de Su Corazón. Fue elegida para ser la heredera de Sus gracias.
-Recibió el mandato de la Hora Santa: velar con Él entre las once y doce de la noche, pidiendo reparación por la agonía del Huerto.
-La Gran Revelación (16/06/1675): pidió la fiesta del Sagrado Corazón (octava del Corpus) para reparar las ingratitudes de la humanidad.
-El jesuita Claudio de La Colombière llegó a Paray (02/1675). Jesús lo presentó como Su "perfecto amigo" para difundir la devoción.
-Murió en Paray el 17 de octubre de 1690. Sus restos, salvados en la Revolución (1792), impulsaron la devoción post-mortem.
-Poseía el don de curar. Curó a su hermano Santiago. Usaba papelitos con frases de amor al Corazón de Jesús y a la Virgen.
-Jesús pidió al rey Luis XIV consagrar su reino. Prometió bendecir a salesas y jesuitas para la propagación del amor divino.
-La devoción llegó al mundo: Alfonso XIII consagró España (1919) y sor María del Divino Corazón impulsó al Papa León XIII.
-En 1686, la santa enfrentó acusaciones de engaño y posesión debido a las revelaciones místicas que recibía de Jesús.
-Las pinturas sobre Santa Margarita María Alacoque, de Eleuterio González (1900) en Apaseo el Grande (Guanajuato), son patrimonio artístico y promueven la devoción.
-Jesús unió su Corazón con el de Margarita y María, fundiendo los tres en UNO, asegurando: "Mi puro amor une estos tres corazones para siempre".


Santa Margarita María de Alacoque es la santa fundamental de la devoción al Corazón de Jesús. Jesús se le apareció repetidamente con su Corazón ardiendo en llamas de amor, revelándole promesas extraordinarias para la salvación y santificación de los hombres. La promesa más importante es la de los nueve primeros viernes de mes, además de la promesa de dar paz a las familias y bendecir los lugares donde se honre la imagen de su Corazón.

Margarita María nació el 22 de julio de 1647 en Lhautecour, diócesis de Autun. Sus padres fueron Claudio Alacoque, juez y notario regio, y Filiberta Lamyn. Fue bautizada, siendo su madrina Margarita de Saint-Amour, quien la tuvo consigo en el castillo llamado Corcheval hasta los cuatro años. Desde muy niña, ella profesaba un gran amor a la pureza y, sin saber lo que significaba, repetía: "Señor mío, yo te consagro mi pureza y hago voto de perpetua castidad".

Las desgracias comenzaron pronto con la muerte de su padre cuando apenas tenía ocho años. Su madre, con cinco hijos que atender, llevó a Margarita a las religiosas de santa Clara del pueblo de Charolles, donde la niña hizo su primera comunión a los nueve años. Este sacramento dejó tanta amargura en todos los placeres que ya no podía encontrarles gusto. Poco después, una pertinaz molestia o enfermedad la atacó, dejándola casi cuatro años sin poder andar. Los huesos le rasgaban la piel por todas partes. Su curación se produjo de forma inmediata tras consagrarse a la Santísima Virgen, prometiéndole ser su hija.



Al recuperar la salud, comenzó un período de cautiverio en su propia casa, donde no tenía autoridad alguna y debía depender del consentimiento de tres personas para todo, un tormento constante para su alma. Estas tres personas que le dificultaban la vida eran su abuela paterna, Juana Delaroche, su tía abuela paterna, Benita de Meulin, y Benita Alacoque, esposa de Santos Delaroche, su tía paterna. En medio de esta angustia, dirigió todos sus afectos a buscar consuelo en el Santísimo Sacramento del altar, buscando rincones ocultos para orar y pasar días enteros sin comer ni beber. El crucifijo le manifestó que quería ser el dueño absoluto de su corazón y constituirse en su Maestro. También usó vanos adornos y se disfrazó una vez en tiempo de carnaval por vana complacencia, lo que fue motivo de dolor y lágrimas toda su vida. Al crecer, las solicitudes de matrimonio aumentaron, lo que le causó un tormento insoportable por el voto de castidad que había hecho. El Señor le recordó: "Te he elegido por esposa y nos prometimos fidelidad cuando hiciste el voto de castidad". Fue confirmada a los 22 años, alrededor del 1 de setiembre de 1669.

Finalmente, tomó la resolución de abrazar la vida religiosa. Después de cuatro o cinco años de espera, y a pesar de la insistencia de sus parientes por las Ursulinas, una voz secreta le decía: "No te quiero ahí, sino en Santa María" (religiosas de la Visitación de Santa María). Entre varios monasterios propuestos, solo al nombrar el de Paray-le-Monial, su corazón se dilató de alegría. Al entrar de visita al locutorio de Paray, oyó una voz interior que le dijo: "Aquí es donde te quiero".

Margarita María ingresó al convento de Paray el 20 de junio de 1671, cerca de cumplir 24 años. Encontró una Comunidad fervorosa, con 33 hermanas de coro, cinco hermanas legas o conversas, tres torneras y tres novicias. La Superiora era la Madre Margarita Jerónima Hersant, y su Maestra, la madre Ana Francisca Thouvant. Tomó el hábito religioso el 25 de agosto de 1671, fiesta de san Luis rey de Francia. Durante el noviciado, el Señor le hizo ver que era el tiempo de sus desposorios. San Francisco de Sales le grabó para siempre la importancia de la obediencia, fundamento de la Congregación, por encima de las austeridades. Tuvo que vencer una aversión natural y familiar a comer queso, un sacrificio que fue tan agradable a Dios que desde ese momento aumentaron notablemente sus gracias extraordinarias. Jesús le aseguró a su Superiora: "Yo respondo de ti y seré tu fiador, si me juzga capaz de serlo". Hizo su profesión religiosa para siempre el 6 de noviembre de 1672, escribiendo sus propósitos con su propia sangre.

Después de su profesión, se dedicó al oficio de ayudante de la hermana enfermera, donde sufrió mucho, incluso a causa del demonio, que la hacía caer y romper cosas. En su vida religiosa, era modelo de mortificación y caridad, recogiendo pedazos de pan mordidos y sucios para su sopa, y bebiendo agua muy caliente para mortificar el gusto en tiempo de calor. Jesús le mostró su Corazón en una ocasión, leyéndole: "Mi amor reina en el sufrimiento, triunfa en la humildad y goza en la unidad". En 1674 fue cambiada de oficio. Como Maestra de novicias, comenzó a promover la devoción al Corazón de Jesús. El 20 de junio de 1685, día que Jesús había determinado para la fiesta particular de su Corazón, pintó una imagen a pluma y sus novicias se consagraron al Sacratísimo Corazón. En 1686, enfrentó una "tremenda tempestad" y acusaciones de estar engañada o poseída, a causa del despido de la novicia Vichy Chamron, a quien consideró que no tenía vocación.


Jesús Eucaristía era el centro de su vida, manifestándose allí con su Corazón ardiendo en llamas de amor. Ella buscaba estar lo más cerca posible del Santísimo Sacramento. En la fiesta del Corazón de la Santísima Virgen, Jesús unió su corazón con el de Margarita y el de María, fundiéndose los tres en UNO, con la frase: "Así es como mi puro amor une estos tres corazones para siempre". Los ángeles, especialmente los custodios de las hermanas, fueron parte importante de su vida, invitándola a unirse a ellos para honrar a Jesucristo en el Santísimo Sacramento.


Recibió el don del conocimiento sobrenatural, prediciendo la curación o muerte de los enfermos que le consultaban. Por ejemplo, predijo que una sobrina de sor Juan María Contoi tomaría el hábito pero no profesaría, se casaría y moriría joven, lo cual sucedió tras solo dos años de matrimonio. Como heredera de los tesoros del Sagrado Corazón, también poseía el don de curar. Curó a su hermano Santiago, párroco de Bois-Sainte-Marie, que estaba desahuciado. Para sanarse, le pidió que tomara durante nueve días en ayunas unos papelitos y que celebrase o mandase celebrar nueve misas durante nueve sábados en honor a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María y otras tantas misas de la Pasión en nueve viernes en honor del Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo. La fórmula para otros enfermos consistía en tragar cinco papelitos por la mañana, con las frases "El Sagrado Corazón de Jesús te cure" y "Alabada sea para siempre la Purísima Inmaculada Concepción de María, Madre de Dios".

El padre Claudio de La Colombière, jesuita, llegó a Paray en febrero de 1675. Jesús se lo presentó como su "perfecto amigo" para que fuese el apóstol de la devoción. Ambos celebraron por primera vez la fiesta del divino Corazón de Jesús el 21 de junio de 1675. El padre Claudio fue enviado a Londres el 17 de octubre de 1676, como capellán de la duquesa de York. Fue encarcelado el 24 de noviembre de 1678, acusado de conjuración, y liberado por intercesión de Luis XIV. Regresó a Francia enfermo a principios de enero de 1679 y murió en Paray el 15 de febrero de 1682.

Entre las Revelaciones, se destacan cuatro principales. La primera fue en la Nochebuena/Día de Navidad de 1673, donde Jesús le devolvió su corazón como una llama de fuego, produciéndole una llaga espiritual. La segunda fue en la fiesta de San Juan Evangelista de 1673, donde le reveló los tesoros de su Corazón. La tercera fue la petición de la Hora Santa, velando con Él entre las once y doce de la noche. La cuarta y última principal Revelación ocurrió el 16 de junio de 1675 (la octava del Corpus Christi), donde Jesús, mostrando su Corazón, pidió que se estableciera una fiesta para honrarlo y reparar las ingratitudes de los hombres.

El Corazón de Jesús prometió la gracia de la penitencia final a todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos. También prometió que las Comunidades que le conozcan y se coloquen bajo su protección recibirán abundantemente sus tesoros de gracias santificantes. Jesús le pidió al rey de Francia, Luis XIV, que consagrara su persona y su reino al Sagrado Corazón. El Señor manifestó su predilección, después del Instituto de la Visitación (Salesas), por la Compañía de Jesús (Jesuitas), prometiéndoles derramar la unción de su amor sobre sus palabras para penetrar los corazones más endurecidos.

Santa Margarita María murió el 17 de octubre de 1690. Sus restos fueron recogidos en 1703. A su intercesión se atribuyeron numerosos milagros, como la curación de sordos y ciegos. El polvo de su tumba curó al doctor Monsieur de la Metheirie de una especie de lepra. El primer milagro auténtico fue la curación de sor Claudia Angélica Desmoulins, de 20 años y profesa, el 18 de febrero de 1713, de una parálisis de medio cuerpo. El proceso ordinario de beatificación se abrió en 1715. Durante la Revolución francesa, las religiosas de Paray fueron obligadas a salir de su convento el 16 de setiembre de 1792, pero los restos de Margarita María y del padre de La Colombière fueron salvados por sor María Teresa Petit. El obispo de Autun compró el convento de Paray por 50.000 francos en 1821.

La devoción al Corazón de Jesús fue precursada por figuras como San Juan Eudes, autor del primer oficio litúrgico en su honor, celebrado solemnemente el 20 de octubre de 1672. El rey de España, Alfonso XIII, consagró España al Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles de Madrid el 30 de mayo de 1919. Otra apóstol clave fue sor María del Divino Corazón en Oporto, Portugal, quien escribió al Papa León XIII para solicitar la consagración del mundo al Sagrado Corazón, acto que el Papa realizó y consideró el más importante de su pontificado. La consagración al Corazón de Jesús es un acto de disponibilidad absoluta, una donación total del ser, buscando que Él sea el Señor y Rey de la vida.

Apaseo el Grande y las pinturas sobre la vida de Santa Margarita

Las pinturas realizadas por Eleuterio González en 1900 para la Parroquia de San Juan Bautista en Apaseo el Grande representan escenas de la vida de Santa Margarita María Alacoque.

Según la Monografía de Apaseo el Grande, publicada por el Archivo General del Estado de Guanajuato, Eleuterio González fue un pintor local que en el año 1900 realizó una serie de cuadros al óleo sobre tela dedicados a la vida de Santa Margarita María Alacoque, mística francesa del siglo XVII conocida por sus visiones del Sagrado Corazón de Jesús. Estas obras fueron colocadas en los muros de la nave del templo parroquial, donde aún se conservan.

El propósito de estas obras fue el embellecimiento del templo y promoción de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús

La monografía destaca que estas pinturas fueron parte de un esfuerzo por enriquecer el patrimonio artístico del templo, en un momento en que la devoción al Sagrado Corazón estaba en auge en México. Santa Margarita María Alacoque fue canonizada en 1920, pero su culto ya era popular desde finales del siglo XIX, lo que explica el interés por representarla en arte sacro.

Las obras de González muestran episodios clave de la vida de la santa, como sus visiones místicas, su vida conventual y su entrega espiritual. Aunque no se detalla el número exacto de cuadros, se menciona que forman una serie coherente y que han sido objeto de conservación por parte de la comunidad parroquial.

Estas pinturas son consideradas parte del patrimonio artístico-religioso de Apaseo el Grande, y reflejan el estilo académico de la época, con influencias del arte sacro europeo. Eleuterio González, aunque no ampliamente conocido fuera del ámbito local, dejó una huella significativa en el arte religioso de la región. #MetroNewsMx #GuanajuatoDesconocido