Eugenio Amézquita Velasco

- En Cova da Iria, el 13 de octubre de 1917, 70,000 personas presenciaron el "Milagro del Sol" donde el astro se movió.
- La Santa Sede aceptó oficialmente que el suceso fue un milagro el 13 de octubre de 1930.
- La Virgen María se apareció a los pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía el 13 de mayo, profetizando que haría milagros.
- La Virgen anunció su identidad y un milagro visible para todos en la última aparición de octubre.
- Los hermanos Jacinta y Francisco murieron en breve, tal como la Virgen le predijo a Lucía en el segundo encuentro.
- Lucía dos Santos vivió hasta los 97 años y se hizo monja Carmelita Descalza, escribiendo dos libros sobre el mensaje.
- El Tercer Secreto de Fátima, revelado por Juan Pablo II en el 2000, vaticina varias muertes en la jerarquía eclesiástica.
- El periodista ateo Avelino de Almeida, de O Século, relató la danza del sol, estimando la multitud entre 30,000 y 40,000 personas.
- El Milagro del Sol, que duró unos tres minutos, provocó que la ropa de los asistentes, mojada por la lluvia torrencial, quedara completamente seca.
- El Tercer Secreto vaticina el asesinato del Santo Padre y de otros obispos y sacerdotes sobre una gran cruz de tronco tosco.

"Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado". Mateo XI, 25

El 13 de octubre de 1917, en Cova da Iria, muy cerca de la ciudad de Fátima, Portugal, 70,000 personas aseguraron que vieron moverse y zigzaguear al sol. 
Este hecho sobrenatural sin precedentes, conocido como el “Milagro del Sol” fue largamente estudiado desde diversos ángulos hasta que la Santa Sede aceptó oficialmente que fue un milagro, el 13 de octubre de 1930.

El suceso se presentó como lo habían profetizado los pastorcitos Jacinta Marto, Francisco Marto y Lucía dos Santos a los que se les había aparecido la Virgen María el 13 de mayo anterior, anunciándose con tremendos truenos un día de sol radiante. Les había comunicado que realizaría milagros, y les convocó a un encuentro con fecha precisa.

-¿De dónde viene? 
-Vengo del cielo.
-¿Qué quiere de nosotros? 
-Vine a pedirles que vengan a este lugar cada día 13, al mediodía, durante seis meses, y les diré quién soy”. 

Así aseguraron los pastorcitos que había sido el primer diálogo que sostuvieron con la Virgen de Fátima, en mayo de 1917. Se lo contaron a sus padres y no les creyeron. 

70.000 personas vieron que el Sol se movía

Sin embargo, el 13 de junio, unas 50 personas fueron al sitio que señalaron los chicos, en Cova da Iria. 
Ese día, Lucía inició el diálogo. 

-¿Usted qué quiere?”
-“Quiero que vengan aquí el día 13 del mes que viene, que recen el rosario y que aprendan a leer. Después diré lo que quiero.
–Quería pedirle que nos lleve al Cielo (le pide Lucía).
–Sí –le respondió la Virgen. A Jacinta y Francisco me los llevaré en breve. Pero tú, te quedas aquí algún tiempo más. Jesús quiere servirse de ti para hacerme conocer y amar.

Y efectivamente fue eso lo que sucedió, en menos de dos años. Los hermanitos, Jacinta y Francisco se enfermaron. Francisco murió el 4 de abril de 1919 y a Jacinta la internaron por una neumonía a mediados de ese mismo año y terminó falleciendo en Lisboa en febrero de 1920. 

Tal como predijo la Virgen, Lucía dos Santos vivió hasta los 97 años, volvió a protagonizar al menos un encuentro más con la Virgen, y murió el 13 de febrero de 2005. Se hizo monja. Fue la Hermana María Lucía de Jesús y del Inmaculado Corazón. Tuvo varios destinos hasta que se consagró Carmelita descalza en el Carmelo de Santa Teresa, en Coímbra, en 1949. Además de dedicar su vida a la oración, escribió dos libros, Memorias y Llamamientos del Mensaje de Fátima. Hasta el día en que murió no abandonó el convento.

En su segunda aparición de julio, Lucía le dijo a la Virgen, que hiciera un milagro para que los presentes creyeran que estaba, ya que sólo ella podía verla. Y la Virgen le respondió: “Continúen viniendo aquí todos los meses. En octubre diré quién soy, lo que quiero, y haré un milagro que todos podrán ver, para creer. 

En cada nueva cita milagrosa, la multitud superaba a la anterior

Durante el tercer encuentro, el 13 de julio, la Virgen reveló tres secretos a Lucía. Según el texto que la misma Lucía dejó por escrito, la joven empalideció luego de escucharlos y gritó de miedo llamando a la Virgen por su nombre. Hubo un trueno y la visión desapareció del cielo. 
El cuarto encuentro, el 13 de agosto, los pastorcitos no pudieron ir a Cova da Iria, pero la Virgen se les apareció el 19 de agosto en Valinhos.

El quinto encuentro, el 13 de septiembre, se repitió en Cova da Iria. 
El sexto, que sería el último, sucedió el Milagro del Sol. La estrella “danzó”, “zigzagueó” y emitía luces radiantes de todos los colores.

Según los informes, esta actividad extraña del sol habría durado unos tres minutos. Periodistas, funcionarios y miles de curiosos estuvieron presentes. Ese día había llovido torrencialmente sobre la Cova da Iría y cuando el milagro cesó todo estaba seco. Durante tres minutos y luego de la última aparición de la Virgen María a los tres pastorcitos, los rayos del sol iban cambiando de colores y caían sobre los presentes, como brazos. Todos se pusieron de rodillas.

El periodista del diario portugués O Século, Avelino de Almeida, estimó que había 40 mil personas presentes presenciando el milagro. Para Joseph Garrett, profesor de ciencias naturales de la Universidad de Coimbra, eran cerca de 100.000.

Antes del Milagro del Sol

Otros tres episodios anteriores fueron considerados un anticipo de los seis encuentros que los pastorcitos tendrían entre mayo y octubre de 1917. Un año antes, más chicos aún, los niños habían recibido la visita de “un ángel” que se presentaba como “el ángel de Portugal”. Esas apariciones breves sucedieron mientras los chicos sacaban a pastar a sus ovejas en en Loca do Cabeço (Valinhos), en el Pozo del Arneiro y  en el paraje Aljustrel, donde vivía Lucía. 

Tras el Milagro del Sol, el 28 de abril de 1919 comenzó a levantarse una capilla en el sitio donde habían ocurrido las apariciones. A tres años del día milagroso, el 13 de octubre de 1921, se celebró allí la primera misa. 

Otro 13 de octubre, pero de 1930, António Augusto dos Santos Marto, el cardenal que era obispo de Leiria-Fátima,  declaró “dignas de fe” las apariciones de la Virgen a los tres pastorcitos y con ese acto autorizó el culto de Nuestra Señora de Fátima. 

El 13 de mayo del año 2000 el papa Juan Pablo II beatificó a los hermanos Francisco y Jacinta Marto, que fueron canonizados por el Papa Francisco el 13 de mayo del año 2017, cuando se cumplió un siglo de la primera aparición. 

Las apariciones como la de la Virgen de Fatima se consideran "revelaciones privadas" en la Iglesia Católica Apostólica Romana . El artículo 67 del Catecismo las avala: “A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas privadas, algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia. Estas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de mejorar o completar la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente”.

Cuáles fueron los 3 secretos de Fatima

Dos de los secretos de Fátima se revelaron en 1941, en un documento escrito por la misma Hermana Lucía; el tercero, también escrito por Lucía a pedido del obispo de Leirí, se entregaron al Papa y quedaron en el Vaticano. Este texto del tercer secreto fue revelado por el Papa Juan Pablo II, el 26 de junio del año 2000.

Primer secreto: una visión dantesca del Infierno. “Hundidos en este fuego todos los demonios y almas, como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas con forma humana, que flotaban en el incendio llevadas por las llamas que de ellas mismas salían, juntamente con nubes de humo, cayendo para todos los lados, semejantes al caer de las chispas en los grandes incendios, sin peso ni equilibrio, entre gritos y gemidos de dolor y desesperación, que horrorizaba y hacía temblar de pavor. Los demonios se distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes y negros”.

Segundo secreto:  Rusia se convertirá pero luego habrá otra guerra nueva. “Si hicieran lo que digo, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar, pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando vean una noche alumbrada por una luz desconocida, sepan que es la gran señal que les da Dios de que él va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para impedirla, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, y a la comunión reparadora en los primeros sábados. Si atendieran a mis pedidos, Rusia se convertirá y tendrán paz. Si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia, los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas, por fin mi Corazón Inmaculado triunfará”.

Tercer secreto. Lo reveló el Papa Juan Pablo II durante la ceremonia de beatificación de Francisco y Jacinta, en la que estuvo presente la misma Lucía Dos Santos, la Hermana Lucía. Vaticina varias muertes en la jerarquía eclesiástica.

“Y vimos en una luz inmensa, que es Dios, algo semejante a como se ven las personas en el espejo, cuando delante pasó un obispo vestido de blanco. Tuvimos el presentimiento de que era el Santo Padre. Vimos varios otros obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una escabrosa montaña, encima de la cual estaba una gran cruz, de tronco tosco, como si fuera de alcornoque como la corteza”, dice el texto.

“El Santo Padre, antes de llegar allí, atravesó una gran ciudad, media en ruinas y medio trémulo, con andar vacilante, apesadumbrado de dolor y pena. Iba orando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino. Llegando a la cima del monte, postrado, de rodillas a los pies de la cruz, fue muerto por un grupo de soldados que le disparaban varios tiros y flechas, y así mismo fueron muriendo unos tras otros los obispos, los sacerdotes, religiosos, religiosas y varias personas seglares”, continúa.
“Caballeros y señoras de varias clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la cruz estaban dos ángeles. Cada uno con una jarra de cristal en las manos, recogiendo en ellos la sangre de los mártires y con ellos irrigando a las almas que se aproximaban a Dios”, concluye el tercer secreto apocalípticamente.

Cobertura del hecho por parte de la prensa de la época

Avelino de Almeida, periodista portugués ateo, uno de los más importantes de su tiempo,​ que escribía para O Século relató el suceso del 13 de octubre 1917 así:

"La hora antigua es la que vale para esta muchedumbre, que era, según cálculos desapasionados de personas cultas y completamente extrañas a influencias místicas, de treinta a cuarenta mil personas... La manifestación milagrosa, la señal visible está a punto de producirse, afirman muchos peregrinos... Y uno asiste a un espectáculo único e increíble para aquellos que no lo han presenciado". 

"Desde lo alto de la carretera, donde se amontonan los carros y donde se hallan centenares de personas que no han tenido aliento para adentrarse en el barro, se ve a la inmensa multitud volverse hacia el sol, que está limpio de nubes, en pleno mediodía. El astro se asemeja a un disco de plata pálida y se le puede contemplar cara a cara sin ninguna molestia. Parece un eclipse. Pero he ahí que se eleva un colosal clamor y oímos que los espectadores más próximos a nosotros exclaman: "¡Milagro! ¡Milagro! ¡Maravilla!"

"Ante admirados ojos de este pueblo, cuya actitud nos traslada a los tiempos bíblicos y que, presa de espanto, descubierta la cabeza, mira hacia el cielo azul, el sol ha temblado, ha realizado unos movimientos bruscos nunca vistos, fuera de todas las leyes cósmicas; el sol "ha danzado", según la expresión típica de los campesinos... Subido sobre el estribo del coche de Torres Novas, un anciano cuya estatura y fisonomía suave, y a la vez enérgica, recuerdas las de Paul Déroulède, reza, vuelto hacia el sol y con grandes voces, el credo, desde el principio hasta el fin."

"Inmediatamente las gentes se preguntan unos a otros si han visto alguna cosa y qué es lo que han visto. La mayor parte confiesan que lo que han visto es el movimiento o la danza del sol; otros afirman haber visto el rostro sonriente de la Virgen, o juran que el sol ha dado una vuelta sobre sí mismo, como si fuese una rueda de fuegos artificio que ha descendido hasta quemar la tierra con sus rayos... Alguien dice, en fin, que ha visto cómo cambiaba sucesivamente de color...": Avelino de Almeida

Finalizaríamos agregando: quien no estuvo en el lugar, sólo hará conjeturas y comentarios, al actual estilo Facebook. Me quedo con la objetividad del periodista ateo Avelino de Almeida, que estuvo presente en el sitio.... y las imágenes fotográficas de O´Seculo de ese día. /DATOS: Wikipedia y www.perfil.com - 13 de octubre de 2022 /EDICIÓN: Eugenio Amézquita Velasco #GuanajuatoDesconocido #MetroNewsMx