Eugenio Amézquita Velasco
-El 1 de septiembre de 1810 se celebró la fiesta de la Virgen de los Remedios, símbolo colonial en el Valle de México desde el siglo XVI.
-Mientras la vida virreinal seguía activa, la imagen mariana era exaltada como protectora española en procesiones y ferias populares.
-La Virgen de los Remedios representaba el orden imperial, mientras la de Guadalupe sería estandarte insurgente dos semanas después.
-En Ciudad de México, el Diario publicaba sobre higiene y moral, mientras mercados, cafés y colegios mantenían su ritmo cotidiano.
-Oficios, dulces conventuales, tertulias ilustradas y boticas tejían un sábado virreinal que aún ignoraba la inminente ruptura.
A partir de fuentes como el Diario de México, La vida de México en 1810 de Luis González Obregón y estudios sobre cultura virreinal no establecen algún hecho trascendental político en ese día sábado 1 de septiembre de 1810.
Pero en lo religioso sí hubo algo que celebrar: La Fiesta de Nuestra Señora de los Remedios.
El 1 de septiembre de 1810 se celebró la fiesta religiosa de Nuestra Señora de los Remedios, como era costumbre en la Nueva España desde el siglo XVI. Esta advocación mariana, profundamente arraigada en el centro del virreinato, tenía su santuario principal en el cerro de Otomcapulco, en lo que hoy es Naucalpan, Estado de México.
Contexto histórico y celebración en 1810
La Virgen de los Remedios era considerada la protectora de los españoles y símbolo de la “conquista espiritual”. Su imagen fue traída por Juan Rodríguez de Villafuerte, soldado de Hernán Cortés, y escondida durante la Noche Triste.
Desde el siglo XVI, cada 1 de septiembre se celebraba su festividad con procesiones, misas solemnes, fuegos artificiales, danzas y ferias populares, especialmente en el Valle de México.
En 1810, la fiesta se realizó con normalidad, sin que los asistentes supieran que dos semanas después estallaría la insurgencia, encabezada por Hidalgo, quien tomaría como estandarte la imagen de la Virgen de Guadalupe, en contraposición a la de los Remedios.
La Virgen de los Remedios representaba el poder colonial y la tradición española, mientras que la Virgen de Guadalupe se convertiría en símbolo insurgente y criollo.
Durante la guerra de Independencia, la imagen de los Remedios fue trasladada en secreto a la Catedral Metropolitana para protegerla, y luego fue nombrada “Generala del Ejército Realista”.
Ciudad de México: circulación de ideas y comercio urbano
- El Diario de México, principal publicación periódica de la época, circulaba con artículos sobre moral, educación, medicina, poesía y crítica social. Ese día se publicaban reflexiones sobre higiene pública y costumbres urbanas.
- En el centro de la ciudad, las calles como Tacuba, Plateros y San Francisco estaban activas con comercio de textiles, papel, aguardiente y productos traídos de Veracruz.
- Las pulquerías y tiendas de abarrotes eran puntos de encuentro popular. Se vendía pan de trigo, chocolate, tamales sin chile, y frutas de temporada como higos y granadas.
Educación y sociabilidad letrada
- En colegios como San Ildefonso y el Seminario Tridentino, se impartían clases de latín, lógica y teología. Los estudiantes debatían sobre filosofía escolástica y autores ilustrados.
- Las tertulias literarias se realizaban en casas de familias criollas ilustradas, donde se leían textos de Feijoo, Jovellanos y traducciones de Rousseau.
- La lectura pública del Diario de México era común en cafés y boticas, donde se discutían temas como la “virtud cívica” y la “economía doméstica”.
Oficios, comercio y vida laboral
- Los gremios de zapateros, herreros, carpinteros y sastres mantenían actividad regular. Las plazas de mercado como El Volador y la de Santo Domingo estaban llenas desde temprano.
- Las mujeres vendían flores, dulces, tortillas y ropa usada. Los vendedores ambulantes ofrecían remedios caseros, estampas religiosas y papel sellado.
- En las haciendas cercanas, se realizaban labores de molienda, recolección de maíz y mantenimiento de canales de riego.
La cultura popular y otras celebraciones
- Las peleas de gallos, juegos de azar y funciones de títeres eran comunes en barrios populares. Las familias se reunían para rezar el rosario y compartir la cena.
- En conventos como el de San Jerónimo, las monjas elaboraban dulces para venta externa, como alfeñiques, buñuelos y cajetas.
Medicina, ciencia y publicaciones
- Se publicaban artículos sobre el uso del alcanfor, la quinina y el vinagre como remedios contra fiebres. Los boticarios ofrecían preparados de hierbas y tónicos.
- En el *Diario de México*, se discutía la necesidad de mejorar la limpieza de las calles y evitar el estancamiento de aguas, por razones de salud pública.
- Algunos médicos ilustrados proponían la creación de una “sociedad médica” para compartir observaciones clínicas y experimentos químicos.
El sábado 1 de septiembre de 1810 fue un día de vida virreinal activa, donde la imprenta, el comercio, la religiosidad y la sociabilidad letrada tejían el pulso cotidiano de una sociedad que aún no sabía que estaba a dos semanas de una ruptura histórica. En ese momento, la rutina era el escenario donde se gestaba el cambio, aunque aún no se anunciaba. #MetroNewsMx #GuanajuatoDesconocido
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