Eugenio Amézquita Velasco
-Monseñor Félix Yáñez, sacerdote más longevo de la diócesis, cumple 94 años y 71 de ministerio.
-Se ordenó en 1954 en Apaseo el Grande, motivado por la coronación pontificia de la Inmaculada Concepción.
-Su primera misa fue el 8 de diciembre, en el marco del centenario del dogma mariano.
-La Virgen ha sido su sostén en bautismo, confirmación y ordenación, afirma con profunda devoción.
-Su vida sacerdotal ha estado marcada por el confesionario, donde ha dedicado décadas a absolver pecados.
-Reconoce que su vocación nació gracias al impulso de su párroco Efrén Flores Rico y su madre Juana Montoya.
-Desde niño, a los 10 años, fue alentado a ingresar al seminario, aunque al inicio no comprendía la decisión.
-La velación y la penitencia han sido su forma de corresponder a Dios, “perder la vida por el Evangelio”.
-Se ordenó en Apaseo el Grande tras recibir dispensa de edad, con apoyo de su comunidad y familia.
10. Hoy, a sus 94 años, sigue confesando en el Seminario de Celaya, convencido de que Dios opera en él.
En el Seminario de Celaya, entre bancas y corredores impregnados de historia, la figura de monseñor Félix Yáñez se mantiene firme, serena y entregada. A sus 94 años, el sacerdote más longevo de la diócesis de Celaya, se prepara para celebrar este 28 de diciembre de 2025 sus 71 años de ministerio, una vida consagrada al servicio de Dios y de la comunidad.
La escena es cotidiana y a la vez extraordinaria: sentado en el confesionario, escucha con paciencia y ofrece la absolución. Quienes lo conocen saben que esa ha sido su misión constante, administrar los sacramentos y, sobre todo, el de la penitencia. “La necesidad mía de corresponder con Dios que tanto me ha hecho bien”, explica, convencido de que perder la vida por el Evangelio es su forma de gratitud.
Su ordenación en 1954 estuvo marcada por un acontecimiento singular: la coronación pontificia de la Inmaculada Concepción en Apaseo el Grande, su tierra natal. La comunidad pidió que se ordenara allí, y así fue. El 28 de noviembre recibió el sacramento, y el 8 de diciembre cantó su primera misa, en un octavario que culminó con celebraciones pontificales hasta el día 15.
La Virgen ha sido su guía en cada paso. “Ella me ha sacado de lo peor para traerme a un lugar bueno”, confiesa, convencido de que la gracia lo sostiene. Su devoción a la Purísima Concepción y a la Virgen de Guadalupe ha marcado su vida espiritual.
La vocación nació temprano, alentada por su párroco Efrén Flores Rico y por su madre, Juana Montoya. A los 10 años, mientras terminaba la primaria, recibió la invitación de su párroco para ir al seminario. Al principio no lo entendió, pero su madre lo convenció con sencillez: “Ve, si te gusta te quedas, y si no te vienes”. Esa frase lo desarmó y lo encaminó a una vida que hoy se prolonga en más de siete décadas de ministerio.
Su padre, Modesto Yáñez, y sus hermanas mayores también apoyaron la decisión. El examen de ingreso lo realizó con un sacerdote originario de Celaya, Navarro, formado en Roma, quien lo aprobó. Desde entonces, el camino quedó trazado.
Hoy, monseñor Félix Yáñez sigue confesando en el Seminario de Celaya, convencido de que todo es obra de Dios. “Él es el que está con nosotros y el que opera en nosotros”, afirma con serenidad. Su vida es testimonio de fidelidad, entrega y amor pastoral, un ejemplo que ilumina a la diócesis y que será celebrado con cariño y respeto en este aniversario.
La transcripción íntegra de la entrevista a Mons. Félix Yáñez por el periodista Eugenio Amézquita Velasco
Eugenio Amézquita Velasco:
Bueno, pues estoy con el padre Félix Yáñez, monseñor, monseñor Félix Yáñez, que descubro en este recorrido en el seminario de Celaya que va a cumplir 70 años de vida sacerdotal. Y dónde me lo encuentro, confesando. Quienes conocemos al padre Félix sabemos que ese ha sido su vida: administrar los sacramentos y principalmente el sacramento de la penitencia aquí en el seminario y donde ha estado. Y, bueno, padre, estábamos comentando precisamente del 170 aniversario de la promulgación del dogma de la Inmaculada Concepción y me decía usted que en 1954 fue cuando usted se ordenó y los motivos de la ordenación obedecieron en parte a esto, la Inmaculada Concepción.
Monseñor Félix Yáñez:
El motivo de mi ordenación allá en mi pueblo fue los de mi pueblo que iban a celebrar la coronación pontificia de la Inmaculada Concepción con motivo de los 100 años del dogma y que se realizó el 15 de diciembre en la coronación. Entonces, con ese motivo, pidieron que yo me ordenara allá. Me ordenaron el día 28 de noviembre. Canté la primera misa el día 8, que sería el primer día de, como el octavario de la primera misa. A partir de ese día, del día 8, los días siguientes hubo misas pontificales hasta el día 15 para la preparación de la coronación pontificia.
Eugenio Amézquita Velasco:
¿De dónde es usted, padre?
Monseñor Félix Yáñez:
Soy ordinario de Apaseo el Grande.
Eugenio Amézquita Velasco:
Fíjese nada más, chulada de pueblo. Algunos dicen que en Acámbaro nació Guanajuato, pero otros decimos que nació en Apaseo el Grande. Quién sabe si sí haya sido anterior Acámbaro, pero Apaseo el Grande de 1525, pues ya tiene ya casi 4 años después de la toma de Tenochtitlan. Pero bueno, regresando al tema de la Inmaculada Concepción, padre. ¿Qué representa, el padre, vuelvo a repetir, es el decano de la Diócesis de los sacerdotes? Es el sacerdote de mayor edad. ¿Qué edad tiene usted, padre? ¿Qué edad tiene?
Monseñor Félix Yáñez:
93 años.
Eugenio Amézquita Velasco:
Fíjese nada más, y sigue en pie y trabajando.
Monseñor Félix Yáñez:
Bueno, con la ayuda de Dios.
Eugenio Amézquita Velasco:
Así es, padre. ¿Qué representa para usted la Inmaculada Concepción?
Monseñor Félix Yáñez:
Pues representa un apoyo muy grande para mi vida y mi bautismo, mi confirmación y mi ordenación sacerdotal, o sea que yo creo que la Santísima Virgen ha tenido mucho que ver en mi vida en los distintas advocaciones que tiene, desde luego la de Guadalupe, pero también de La Purísima Concepción y otras advocaciones. O sea que ella ha sido, ha sido, como es madre de todos, pero también madre mía de este. Ella me ha ayudado hasta el momento para mantenerme como sacerdote, sacarme de lo peor para traerme a un, a un lugar bueno, o sea, me ha atraído del pecado a la gracia en la que considero estar ahorita en la gracia de Dios.
Eugenio Amézquita Velasco:
Padre, yo, yo desde que lo conozco, esta es la escena que yo, que yo veo siempre, el padre, se las voy a mostrar, siempre sentado en el confesionario o en un lugar para confesar a las personas, para administrar el sacramento de la penitencia. Yo creo que hay algo en usted que le dice que tiene que estar aquí, perdonando los pecados y dando la absolución. ¿Qué, qué le mueve, padre, por, por esta, porque es, es un auténtico confesor? ¿Qué lo ha movido a hacer esto, padre?
Monseñor Félix Yáñez:
Pues la necesidad mía de de comprar con Dios que, que tanto me ha hecho bien y que yo no tengo más que, por decir como dice el Evangelio, perder la vida por él y por el Evangelio.
Eugenio Amézquita Velasco:
Bueno, pues siempre un placer saludarlo. Ya vendré, espero que Dios nos dé tiempo para venir a entrevistarlo a tratar de otros temas: Cómo se dio su vocación, Cómo llegó usted al seminario, para que nos lo pueda compartir. O si lo quiere compartir ahorita, adelante, padre. ¿Qué le movió? ¿Qué le movió para irse al seminario?
Monseñor Félix Yáñez:
Dos cosas principales: primero mi párroco, en segundo lugar mi madre, mi mamá.
Eugenio Amézquita Velasco:
¿Cómo se llamaba su párroco?
Monseñor Félix Yáñez:
Se llamaba Efrén Flores Rico.
Eugenio Amézquita Velasco:
Okay. Allí en Apaseo era el párroco de Apaseo en ese momento. ¿Y su mamá cómo se llamaba?
Monseñor Félix Yáñez:
Me llamaba Juana Montoya.
Eugenio Amézquita Velasco:
¿Su papá?
Monseñor Félix Yáñez:
Modesto Yáñez.
Eugenio Amézquita Velasco:
Bien. Y ¿y cómo estuvo lo de su mamá y lo del párroco?
Monseñor Félix Yáñez:
El párroco desde un año anterior, o sea, estaba yo terminando cuarto de primaria, cuando me dice: "Yo quiero, yo creo que tú debes ser ir al seminario". Y yo, pues, no, no, no, no, no capté.
Eugenio Amézquita Velasco:
¿Qué edad tenía usted en ese entonces?
Monseñor Félix Yáñez:
Yo tenía en ese momento tenía 10 años.
Eugenio Amézquita Velasco:
Está jovencito. Un niño.
Monseñor Félix Yáñez:
Y entonces, este, como él vio que no lo, no le respondí como él quería, dijo: "Bueno, te vas el año que entra". Dije: "Pues el año que entra quién se va a acordar". No, pues se pasó el año y sí se acordó. Y volvió al asunto y y yo todavía no, no. Por así pasé los trámites y los pasé bien. Vino un padre de del seminario de Morelia, que se llamó...
Eugenio Amézquita Velasco:
No importa, padre, continúe.
Monseñor Félix Yáñez:
Navarro, Navarro, que era originario de Celaya. Mire, y había sido estudió en Roma. Me dio el examen para para ir al seminario y me aprobó. Y yo a mí todavía, como se dice popularmente, no me caía el 20, 20. Hasta que digo mi papá, mis hermanas que eran mayores que yo estaban con ese fin. Pero yo no, no entendía, hasta que mi mamá me dice: "Bueno, ¿por qué no te quieres ir al seminario? Ya conoces". "No, no conozco". "Pues ve, si te gusta, te quedas y si no te vienes". No, pues me desarmó. Y pues ya, la mamá. Qué más podía decir. Hasta la fecha estoy en eso, mire usted.
Eugenio Amézquita Velasco:
Padre, y y y bueno, la fecha precisa de su ordenación, ¿qué año? ¿Qué día y qué año fue, padre?
Monseñor Félix Yáñez:
54.
Eugenio Amézquita Velasco:
¿El 8 de diciembre?
Monseñor Félix Yáñez:
28 de noviembre. O sea, unos 10 días antes de la sí, 10 días antes de la, de la. Entonces, ya me ordenaron allá, porque de mi pueblo pedían que me ordenara allá. Entonces ahí me ordenaron, pero como un principio para para la la coronación pontificia de de la Inmaculada Concepción.
Eugenio Amézquita Velasco:
¿Dónde se ordenó?
Monseñor Félix Yáñez:
En Apaseo el Grande. Se iba a ordenar en Morelia, ya, pero no tenía la edad. Entonces como no tenía y ellos no tenían con qué dispensar, me detuvieron. "No te podemos ordenar". Al mes me llegaron, les llegaron ya las licencias para para dispensar y me dijeron: "Ya te podemos ordenar donde quieras y a la hora que quieras y cuando quieras". No, dijo: "Va a ser que no. Dices que los de tu tierra andan pidiendo que te ordenen allá". "Bueno, si ellos piden y usted el consejo, estoy de acuerdo".
Eugenio Amézquita Velasco:
Dice nada más, pues padre, le agradezco y de todos modos, eh, va a haber una segunda vez para venirlo a ver. Dios nos lo conceda y agradecerle y felicitarlo por los 70 años, padre.
Monseñor Félix Yáñez:
Pues todo esto es de Dios. Yo estoy cada vez más convencido de esto que que se nos ha enseñado, que yo lo he entendido, si no perfectamente, he entendido mejor que Dios es el que está con nosotros y él es el que opera en nosotros.
Eugenio Amézquita Velasco:
Muchas gracias, padre. Soy Eugenio Amézquita, estoy con monseñor Félix Yáñez desde el Seminario de Celaya, de la Inmaculada Concepción en Celaya, a través de Guanajuato Desconocido y Metro News. #GuanajuatoDesconocido #MetroNewsMx

