Eugenio Amézquita Velasco
-Nacida en la nobleza de los Cecilios bajo Marco Aurelio, se consagró a Cristo desde niña en la quinta de la vía Tiburtina.
-Frecuentaba las catacumbas y panteones familiares, únicos refugios seguros para la misa y sacramentos ante la prohibición del culto.
-Hizo voto secreto de virginidad inspirada por el Evangelio, rechazando el matrimonio mundano y buscando la perfección de los consejos.
-Obligada por sus padres a casarse con el pagano Valeriano, usó cilicio y ayunó rogando a Dios mantener intacta su pureza virginal.
-En la boda vistió túnica de lana blanca y velo color fuego; en la cámara nupcial reveló a su esposo que un ángel custodiaba su cuerpo.
-Valeriano exigió ver al ángel; Cecilia lo envió a la vía Apia con los pobres para ser bautizado por el Papa Urbano en las catacumbas.
-San Pablo apareció a Valeriano con un libro de letras de oro; tras confesar un solo Dios y fe, fue bautizado por el obispo Urbano.
-Al volver, Valeriano vio al ángel con coronas de rosas y azucenas; pidió la conversión de su hermano Tiburcio, concedida por el cielo.
-Tiburcio percibió el aroma celestial de las flores invisibles; Cecilia le demostró la nulidad de los ídolos muertos frente al Dios vivo.
-Convencido por la fe y la razón, Tiburcio aceptó el cristianismo y partió con su hermano para recibir el bautismo y ver a los ángeles.
En el seno de la aristocracia imperial, bajo el dominio de Marco Aurelio, surge la figura de Cecilia, descendiente de la antiquísima familia de los Cecilios. Nacida en la quinta que Cecilio Metelo Numídico erigió en la vía Tiburtina, a cinco millas de la urbe, esta noble romana abrazó el cristianismo en un tiempo donde la fe era proscrita. Ante la carencia de templos públicos, la joven halló refugio espiritual en las galerías subterráneas y panteones familiares de suelo arcilloso, donde los fieles, amparados por el respeto policial a los sepulcros, celebraban los divinos misterios y daban sepultura a los cuerpos sin la superstición de la cremación pagana.
Cecilia, cuya vida transcurría entre el palacio y las catacumbas, se distinguió por un carácter magnánimo y un desprendimiento absoluto de lo terrenal. Inspirada por mártires y vírgenes como Petronila y Domitila, y portando siempre el Evangelio sobre su pecho, transformó los consejos evangélicos en preceptos personales, realizando un voto secreto de virginidad ante Dios y los ángeles para convertirse en esposa exclusiva de Jesucristo. (https://www.guanajuatodesconocido.com/2024/11/la-vida-de-santa-cecilia-patrona-de-los.html ) #MetroNewsMx #GuanjuatoDesconocido
El drama se desató cuando sus padres, ejerciendo la potestad absoluta de la ley romana, concertaron su matrimonio con Valeriano, un joven patricio pagano. Ante la inminencia del enlace y el peligro de perjurio espiritual, Cecilia se entregó a la penitencia extrema: bajo sus lujosos vestidos portaba un áspero cilicio y ayunaba rigurosamente dos o tres días seguidos, orando con los brazos en cruz para preservar su integridad.
Llegado el invierno del año 177 al 178, se celebró la boda. Cecilia, ataviada según la tradición con túnica de lana blanca, cinturón a la usanza de Gaya Cecilia, peinado de seis trenzas estilo vestal y velo color de fuego, cumplió los ritos nupciales. Tras el banquete en la residencia de Valeriano en el Trastevere, cerca de la vía Salutaris y el puente Sublicio, y en la intimidad de la cámara nupcial, la joven confrontó a su esposo. Con autoridad sobrenatural, le reveló que un ángel de Dios custodiaba su cuerpo y que cualquier intento de violación le costaría la vida, mientras que el respeto le garantizaría la protección divina.
Valeriano, escéptico pero temeroso, exigió ver al ángel. Cecilia le impuso una condición: debía purificarse en las aguas del bautismo. Siguiendo las instrucciones de la virgen, el joven partió a la tercera milla de la vía Apia, donde unos pobres, socorridos habitualmente por Cecilia, lo condujeron ante el Papa Urbano. El pontífice se ocultaba en las catacumbas de Pretextato, colindantes con el Triopio de Herodes Ático y el sepulcro de Ania Atilia Regila.
En aquel refugio subterráneo ocurrió el prodigio. Mientras Urbano oraba agradecido, se apareció San Pablo, anciano venerable vestido de blanco, portando un libro con letras de oro. El Apóstol conminó a Valeriano a leer la sentencia de fe: Un solo Dios, una sola fe, un solo bautismo.
Tras confesar la verdad divina, el noble romano fue bautizado y regresó junto a Cecilia. Allí, sus ojos se abrieron a lo sobrenatural: vio al ángel resplandeciente que coronaba a ambos con rosas y azucenas de fragancia y frescura inmortales, invisibles para los impuros.
El impacto de la gracia no se detuvo. Valeriano pidió al ángel la conversión de su hermano Tiburcio. Al llegar este a la casa, percibió el intenso aroma de las flores celestiales sin poder verlas.
Confundido, creyó soñar, pero Valeriano le anunció el fin de la falsedad pagana. Cecilia tomó entonces la palabra con fuerza apologética, demostrando a Tiburcio la irracionalidad de adorar ídolos de madera y piedra, nidos de arañas y pájaros, materia muerta inferior incluso a un cadáver humano.
Convencido por la razón y la gracia, Tiburcio reconoció al Dios verdadero, aceptó a Cecilia como hermana espiritual y partió con Valeriano para recibir la regeneración bautismal y la visión de los ángeles.
Santa Cecilia, plasmada por los artistas más famosos de la historia
Santa Cecilia ha sido representada por grandes maestros de la pintura, especialmente en el Renacimiento y el Barroco, como símbolo de la música y la fe cristiana.
-Rafael Sanzio (1514–1516)
-Santa Cecilia (óleo sobre tabla, Pinacoteca de Bolonia).
-Una de las representaciones más icónicas, muestra a la santa con un órgano a sus pies, rodeada de santos.
-Guido Reni (1606)
-Santa Cecilia (Museo del Prado, Madrid).
-La presenta en actitud contemplativa, con delicadeza clásica y serenidad barroca.
-Carlo Dolci (siglo XVII)
-Santa Cecilia en el órgano.
-Obra de gran detalle y espiritualidad, con énfasis en la música como oración.
-Simon Vouet (1620s)
-Santa Cecilia (MeisterDrucke).
-Pintura barroca francesa, con dramatismo y luz intensa.
-Carlo Saraceni (1610–1620)
-El martirio de Santa Cecilia.
-Representa la escena de su martirio con fuerte carga narrativa.
-Pietro da Cortona (1620–1625)
-Santa Cecilia.
- Ejemplo del barroco romano, con dinamismo y teatralidad.
-Jacques Stella (siglo XVII)
-Santa Cecilia
-Pintura francesa que combina clasicismo y devoción
-Gerolamo Giovenone (ca. 1530)
-Santa Cecilia con órgano y monje en oración.
-Obra italiana temprana, con rasgos manieristas.
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