Historia de la imagen de Nuestra Señora de Guanajuato

Guanajuato Desconocido
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Edición: Eugenio Amézquita Velasco

-Llegada de la Santísima Virgen en 1557. Unas palomas sirven de guía. 
-Regalo de Carlos V, ejecutado por Felipe II. Abdicación de Carlos V en favor de su hijo Felipe II. 
-Fue colocada la Imagen en la Capilla de los mexicanos. 
-Imagen la más antigua remitida por España al Nuevo Mundo. 
-Descripción de la Imagen. Traía una Rosa y se le dio un cetro. Son coronados la Virgen y el Niño.
-Procesión por la lluvia. La ciudad liberada de terremotos. Banda y bastón de Generala. 
-Doce y medio siglos y sigue incorrupta. Intento de robo de las coronas. 
-Madre del pueblo guanajuatense. 
-Don Perafán de Rivera en Guanajuato. La veta madre, la más rica del mundo. 
-El Cubilete ayuda a encontrar la veta de San Bernabé. Primer Padre Vicario. 
-Fundación del Hospital y templo de los tarascos. Terminación del Templo de los Hospitales.

Llegada de la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de Guanajuato. 1557

Llega por este tiempo la prodigiosa Imagen de María Santísima, rico presente con que el Rey de España quiso agraciar a la naciente población de Guanajuato, y que recibió por advocación el mismo nombre de la ciudad.

Su interesante y admirable historia la tomaremos de la obra titulada "Mes de María Mexicano", para la cual escribimos con datos extractados principalmente del "Zodíaco Mariano", curiosa obra póstuma del padre jesuíta Francisco de Florencia, compendiada y añadida por el Pbro. Juan Antonio de Oviedo; consultando además un escrito del Pbro. D. José Gudiño y otros varios opúsculos, y rectificaremos o añadiremos aquí algunas noticias que han llegado posteriormente a nuestro conocimiento por medio de nuevas investigaciones.

"Esta Imagen celebérrima y portentosa, es, a no dudarlo, la más antigua de cuantas se veneran, no sólo en la República Mexicana, sino en todo el Nuevo Mundo, pues existía en España, por lo menos, desde el séptimo siglo de la era cristiana, y era tenida en gran veneración en la ciudad de Santa Fe de Granada; por lo que en el año de 714, que fue la España invadida por los moros, los piadosos granadinos la ocultaron en una cueva subterránea, para libertarla de los desacatos que pudieran cometer los infieles".

"Allí permaneció por unos ocho siglos y medio, siendo en esto de admirar un estupendo portento, pues ocho siglos y medio de estar donde se quiera, pero muy especialmente en un subterráneo húmedo y sin ventilación, son mucho más que bastante para destruir la más firme madera; y sin embargo, la Santísima Virgen no padeció la más leve lesión, conservándose intacta para venir a ser la protectora de la ciudad de Guanajuato".

Al perderse el poblado, unas palomas sirven de guía

"Fue, por fin, descubierto ese tesoro inestimable hacia la mitad del siglo XVI; y muy poco tiempo después, sabiendo el Rey de España la asombrosa riqueza de Guanajuato, le mandó la Santísima Imagen con un presente mil veces más rico que las entrañas de sus montes. La entregó a un caballero llamado Perafán de Rivera, quien la trajo con la mayor veneración: pero estando como a tres leguas distante de Guanajuato, en el punto llamado de la Yerbabuena, ya entrada la noche, y no sabiendo por dónde continuar, porque ignoraba el lugar fijo de la ciudad, hizo alto allí con sus compañeros: y en tal conflicto, ocurrieron a la misma Imagen de que eran portadores, y colocándola sobre un tambor, y encendiéndole dos velas, le suplicaron afectuosamente los alumbrara para conocer el lugar de su destino". 


"Los escuchó la Señora benignamente, pues luego que amaneció vieron en el campo dos palomas, de donde infirieron que había cerca algún poblado, por lo que siguieron la dirección que las palomas les marcaban, y con esta guía llegaron a Guanajuato, a donde eran destinados. Y desde luego comenzaron los guanajuatenses a tener especial devoción y a venerar con singular afecto a esta Imagen."

Regalo de Carlos V y ejecutado por Felipe II

Quien haya sido el soberano español que remitió a Guanajuato un presente tan inestimable, es punto que se presta a discusión. El Zodíaco Mariano, el P. Garduño, el Dr. Romero y algunos otros que han escrito sobre el asunto, asientan que fue el Rey D. Felipe II, con lo cual nos conformamos nosotros en el Mes de María: pero D. Juan de Dios Fernández de Sousa, a quien debemos suponer bien informado, por haber sido Párroco de Guanajuato, en su carta consolatoria afirma que fue regalada a la expresada ciudad por el grande Emperador Carlos V, pareciendo también esta opinión de Mota Padilla y otros.

Estas dos aserciones parecen a primera vista inconciliables y contradictorias; pero, un opúsculo del Pbro. D. Francisco S. Ginori las recuerda de una manera tan ingeniosa como probable, pues puede haber sucedido, dice, que Carlos V, que ya había abdicado, indicara a Felipe II, que lo sucedió, enviase la Imagen.

Abdicación de Carlos V en favor de Felipe II

Efectivamente, Carlos V, abdicó en 1556, y murió el primero de septiembre de 1558; y la Sagrada Efigie vino en el año intermedio de 1557; y como Carlos V, según es bien sabido, aunque abdicó, no por eso dejó de tener influjo decisivo en los negocios de la monarquía, se hace muy probable la explicación del señor Ginori. 

Pero si esta no se quisiera admitir, podríamos suponer también, con no menor fundamento, si se atiende a las fechas de que acabamos de hacer mención, que Carlos V, dio la orden para que se remitiera la Santa Imagen, estando ya muy próxima su abdicación, y que Felipe II la puso en práctica al subir al trono.

Fue colocada la imagen en la capilla de los mexicanos (Los Hospitales)

Fue colocada la Santa Imagen, no en el templo que entonces era Parroquia y hoy se llama Los Hospitales, como equivocadamente se asentó en el Mes de María, pues en esta fecha ni ese templo se hallaba construido, ni el curato se había fundado; sino en la Capilla del hospital de los indios mexicanos que sirve ahora al Colegio del Estado. Allí permaneció ocho años, ciento treinta y uno en Los Hospitales, y todo el resto, hasta el día, en la actual Matriz.


Imagen la más antigua remitida por España al Nuevo Mundo

El Sr. Lic. D. Agustín Lanuza, poeta e historiador eximio guanajuatense, dice al respecto de la Imagen de Nuestra Señora que es: "La más antigua imagen de cuantas remitieron los reyes de España al Nuevo Mundo". 

Y añade: La historia de esta Virgen, envuelta entre la mirada de la leyenda, evoca para los guanajuatenses el recuerdo siempre interesante y atractivo que tienen para los pueblos sus más viejas tradiciones. Allá, en la florida Granada de Mulhamad Al-Hamar el Nazarita, la de los bellos cármenes que riegan las linfas de turquesa del Darro y del Genil; en la ciudad morisca de las recias murallas y de las altas torres que dominan la cuesta de los Gomeles, y que perfuman los naranjos en flor del jardín de Lindaraja, refiérese que los cristianos granadinos tributaban acendrado culto a esta misma Virgen; que en el año 714, al verse asaltados en su Iglesia por los moros y temerosos de un desacato a la preciosa reliquia, ocultáronla, llevando a sepultarla, fuera de la población en una húmeda cueva subterránea.

Mientras que los musulmanes dominaron en España, permaneció oculta la Virgen por más de ocho siglos, y reconquistada Granada, por los reyes católicos, fue descubierta dicha imagen, a mediados del siglo XVI y entregada al muy poderoso Emperador Carlos V. La Nueva España había sido conquistada por Cortés, más tarde en 1530 Nuño de Guzmán, primero, y luego, en 1546, D. Rodrigo Vázquez del Río, habían agregado con sus conquistas, a la corona de Castilla, las montañas de Guanajuato. 

Al ser en estas descubiertas las primeras vetas de oro y plata en 1548 y 1550, voló la fama de sus fabulosas riquezas hasta el solio del monarca español. Entonces Carlos V, conocedor de que el naciente mineral florecía, quiso hacerle un presente, el de la Virgen descubierta en Santa Fe de Granada, que, ¡cosa singular!, consérvase intacta no obstante de ser madera y haberse hallado sepultada en húmeda cueva por más de ochocientos años. 

Como es sabido, Carlos V, abdicó en 1555 en favor de su hijo Felipe II diciéndole: "Voy a hacer una cosa que no tendrá muchos imitadores en la posteridad", y deseando el nuevo Rey cumplir los mandatos de su padre, envió a Guanajuato la histórica Virgen descubierta en Santa Fe de Granada, comisionando como portador de Ella, al noble granadino don Perafán de Rivera, a quien confió el nombramiento de primer Alcalde Mayor Juez de Minas de Guanajuato.

Refiere la historia que esto aconteció en 1557, y cuenta la tradición guanajuatense, que estando don Perafán ya muy cerca de este mineral, e ignorando a punto fijo el lugar de su destino, le sorprendió la noche en un lugar llamado La Yerbabuena, y perdido en la enmarañada sierra que por entonces poblaba estos contornos, poseído de religiosa piedad, mandó colocar a la Virgen sobre un tambor, y encendiéndole dos hachas de cera, oró, pidiéndole que le sirviese de brújula para llegar al término de su destino. 

Que al amanecer, don Perafán y sus soldados vieron cruzar por el cielo dos blancas palomas e infiriendo por esto que se hallaban cerca de un lugar poblado, guiándose por el rumbo que les marcaban con su vuelo, consiguieron llegar a Guanajuato. Llevaron luego a la Virgen a la Capilla de los indios mexicanos, ("pues desde los primeros tiempos de la conquista, el Obispo D. Vasco de Quiroga y los misioneros que envió a estos lugares, fundaron cuatro capillas") y ahí permaneció por ocho años hasta que en mil quinientos sesenta y cinco la trasladaron a la Capilla denominada Los Hospitales, que servía a los tarascos y que fue la primera Parroquia de este lugar. 

Que allí estuvo la Virgen por 131 años hasta que, concluida la actual Parroquia en 1696, se llevó a esta en medio de solemne procesión.

La Virgen no era primitivamente como ahora la conocemos, pues su ropaje está tallado en la misma madera de la estatua y esta tenía una rosa en la mano derecha. Hoy empuña en esta mano un cetro y tiene en su cabeza una corona. Dichos atributos los usó desde tiempo inmemorial, pues así lo dicen en un pergamino que poseo titulado "Carta Consolatoria a la ciudad de Guanajuato" impreso en 1764 por el Cura de este lugar en esa época, llamado D. Juan de Dios Fernández de Sousa.

Descripción de la imagen

La celebérrima Imagen de que aquí tratamos no tiene otro título con que los fieles la invoquen que el de Nuestra Señora de Guanajuato, porque, según lo que parece, el artífice que la hizo no pretendió figurar en Ella algún misterio de su vida, sino solamente hacer una perfecta imagen de la Virgen. 

La materia de que está formada es incorruptible, lo cual se prueba con la dilatada experiencia de tantos años, en que no se le halla lesión alguna; pero no se ha podido averiguar ni determinar si es de cedro, pino u otra madera. 


Es de cuerpo entero y su estatura de poco más de vara y media; el manto y túnica con que se adorna es de la misma talla y madera; pero esto no impide que se mantenga siempre con uno de los riquísimos mantos de costosas y diversas telas que tiene, el que con las extremidades laterales, le abraza y cubre desde su soberano pecho hasta su sagrado vientre, quedando este, por uno y otro lado, casi del todo cubierto de admirables figuras y rosas de perlas finas, de muchísimos diamantes y demás ricas piedras, encasquilladas en oro de los mejores quilates. 

Pero abundan tanto sus costosos adornos que no es muy fácil decir la multitud de preseas y alhajas de inestimable valor que la devoción le ha tributado. En la mano derecha tiene una rosa de la misma madera y sobre el brazo izquierdo mantiene a su benditísimo Niño, unido a la misma estatua de la Señora. 

Tiene la manecita derecha abierta y levantada ante el pecho de la Virgen, la izquierda vuelta hacia abajo, cogiendo con ella un pajarito verde, todo de la misma madera y de una pieza con la misma Señora, con tal arte y maravilla que el piececito derecho lo tiene casi dentro del sagrado vientre de la Madre, y el izquierdo, fuera, adornado con uno de los muchos calzados que tiene de oro, siendo de la misma materia la corona imperial, embutidas en ella muchas perlas finas y riquísimas piedras de valor.

A la Virgen se le sustituye la rosa y el rosario de la mano derecha por el cetro

Por algún tiempo tuvo la Santísima Imagen un rosario en la mano derecha, pero por justos motivos, se lo quitaron, con facultad y aprobación del Ordinario, y en su lugar se le puso el cetro de oro afianzándolo con un taladro que se hizo en medio de la rosa de madera. 

El P. Gudiño y el autor del "Zodiaco Mariano", juzgaron prudente no expresar cuál fue el motivo que determinó la sustitución del rosario con el cetro, pero investigándolo nosotros, hemos logrado saber, según informes verbales, pero fidedignos, que fue el siguiente: Los religiosos dominicos, como es bien sabido, tienen por su Patrona a la Virgen Santísima, bajo la advocación del Rosario, de la cual existen siempre una o más imágenes en sus conventos; y de esta circunstancia, juntamente con la de tener Nuestra Señora de Guanajuato un rosario en su mano derecha, resultó que los expresados religiosos pretendieran tener ciertos derechos sobre la venerada Imagen. 

Fácil era ciertamente desvanecer los ilusorios fundamentos de esa pretensión, pues, por una parte, cuando vivió Santo Domingo de Guzmán, y le fue revelada la práctica del rosario, ya tenía Nuestra Imagen varios siglos de existencia; y por otra, nunca tuvo la advocación mencionada, sino que, después de su venida a Guanajuato, se le puso por devoción el rosario en la mano, así como pudo ponérsele cualquier otro piadoso objeto; a lo que se agrega que la donación que el monarca español hizo de la Imagen, para que patrocinara a esta ciudad, fue absoluta e incondicionada. 

Pero a pesar de todo esto y para evitar en lo sucesivo nuevas dificultades, se creyó mejor sustituir el rosario con el rico cetro que vemos actualmente.

Llevan en la cabeza el Niño y la Madre coronas de oro: Ella también peana de plata

Su cabeza está ricamente adornada con una corona imperial, también de oro, cuyo maravilloso artificio y adorno es igual al que dije de la del Niño. Le sale como de los pies, que no se le ven por la túnica que se los cubre, una media luna de oro muy bien trabajada, teniendo cada cuerno más de una tercia. A más del pedestal en que estriba la Virgen, que es de plata, tiene de la misma materia su peana, casi de una vara de alto, de un aventajado arte; siendo la Señora en cara, aspecto y talle hermosísima y amabilísima, de suerte que arrastra con dulce violencia los corazones de todos los que la miran; y Ella, con los ojos bajos, y alguna inclinación de la cabeza, a todos los mira para beneficiarlos a todos.

"Es extraordinario el culto que le profesan los guanajuatenses, siendo todo su querer, consuelo y como hechizo y encanto, y con mucha frecuencia se le hacen solemnes triduos y novenarios; pero la función principal es la del Patrocinio de Nuestra Señora, que se solemniza con un magnífico octavario, con vísperas, maitines y sermones el día y la octava, y diariamente dos solemnísimas misas a las nueve y a las doce, y tres magníficos rosarios". 

"Para esa festividad se saca de su nicho y se coloca en un elevado trono de plata de martillo, siendo todo este tiempo de extraordinario regocijo para Guanajuato. Esto escribían hacia mediados del siglo XVIII, el autor del Zodíaco Mariano y el P. Gudiño. Con cuánta más razón lo harán ahora al contemplar los espléndidos adornos y las admirables iluminaciones, con que actualmente se engalana la ciudad durante el Octavario".

Procesión por la lluvia: La imagen no alcanza a regresar a su templo

"Todos proclaman a una voz los innumerables beneficios que le deben, y es demasiado notorio para intentar referirlo, el modo tan patente con que protege en las revoluciones, y en las pestes y demás calamidades públicas a aquella hermosa y opulenta Capital; pero ha habido gran descuido en escribir y autenticar todos estos hechos, y otros muchos que parecen milagrosos". 

"Solo haremos mención, por ser de un modo todavía más particular, de la manera asombrosa con que manda el agua, aun en los años más estériles, con solo sacarla en procesión, habiéndose repetido por tres veces la maravilla de que estando ya muy avanzado el año, y no habiendo llovido absolutamente nada en los días anteriores, al ir la Sagrada Imagen en la procesión, ha comenzado a caer el agua con tal abundancia, que ha sido preciso depositarla, una vez en el Templo de los Dieguinos, otra en el de los Franciscanos, y otra en el de los Felipenses, en los cuales se le ha repetido otro solemne Novenario. Y las ocasiones que ha llovido abundantemente acabando de entrar la Señora a su Templo, son innumerables."

La ciudad libertada de los truenos subterráneos por la Virgen. La ven entre un ejército defensor

Tampoco podremos pasar en silencio la especial protección con que ha amparado a la ciudad en los años de 1748 y 1854, en que un fenómeno aterrador inexplicable ha venido a llenarla de consternación, el cual ha consistido en unos truenos terribles, que se han oído debajo de la tierra, pues en ambas ocasiones, y señaladamente en la primera, como adelante veremos, comenzaron estos a disminuir tan luego como se acudió a María en solicitud del remedio. 

También es muy notable que en las diversas y sangrientas guerras intestinas que han desolado a México, Guanajuato, bajo la protección de la Santísima Señora, se haya visto en gran parte libre de los terribles males en que han sido destrozadas otras ciudades: siendo admirable el suceso acaecido en 1811, pues, según se refiere por una constante tradición, al ser atacada esta Capital por una guerrilla numerosa y desenfrenada, no obstante hallarse casi del todo desguarnecida, creyeron ver los invasores un gran ejército y en medio de él a la Virgen Santísima, por lo cual huyeron al punto en precipitada fuga.

Banda y Bastón de Generala

La ciudad la condecora con un bastón recamado de piedras preciosas y le ponen una banda de generala. En la actualidad luce la del General guanajuatense D. Sóstenes Rocha.

Doce y medio siglos y sigue incorrupta

"Pero en lo que sobre todo debe fijarse la atención, según ya se ha indicado, es en el incontestable prodigio de su conservación: ya ocupe los altares de Granada, ya se halle abandonada en el subterráneo, ya cruce los mares en frágil y peligrosa nave, ya continúe por desiertos caminos, ya presida, por fin, los templos de Guanajuato, la milagrosa imagen se ostenta sin la menor lesión para ser el encanto de su ciudad privilegiada."

Intento de robar las coronas del niño y la señora

"Finalmente, servirá de gran motivo para la mayor veneración de Nuestra Señora de Guanajuato, el reparo que muchos han hecho, de que en más de trescientos años que hace que se venera por los guanajuatenses, no ha permitido la Gran Señora que se pierda cosa alguna dedicada a su servicio, cuando muchísimas veces han intentado robarle sus ricas preseas: algunas ocasiones las han sacado del templo, y han aparecido antes de veinticuatro horas". 

"En una ocasión, llegaron en el silencio de la media noche a querer profanar la Santa Imagen, quitándole las joyas que la adornaban; pero dando tan fuertes como repetidos golpes en la vidriera para quebrarla, siendo materia tan frágil, no pudieron lograrlo; y al ruido despertó un sacristán, quien saliendo al punto para ver si cogía a los ladrones, no lo consiguió, antes bien fue por ellos cosido a puñaladas; pero invocando a Nuestra Señora de Guanajuato, no solo no murió de las heridas, sino que dentro de muy poco tiempo estuvo del todo sano.”

Madre misericordiosa del pueblo guanajuatense

Para dar fin, concluiremos como el Sr. Ginori, aunque más extensamente, con las palabras del P. Fernández de Souza en su obra. "Es esta imagen tan antigua como Guanajuato, teniendo por cierto que fue don del gran emperador Carlos V, y tan hermosa que por Ella se puede hacer algún concepto de su original. En su suntuosísimo altar, y primoroso camarín, es el imán de los corazones y hechizo de los afectos con que la reconocen como Madre todos los moradores de la ciudad. Ella es el refrigerio de las necesidades comunes: escasez de lluvias, epidemias de los tiempos, pobreza de las minas, las que todas vence con su soberano poderío". 

"Ella es el objeto de los garbos y de la devoción en su anual magnífico Octavario, el que celebra con ocho sermones, en que a no ser inmenso mar de excelencias la Señora, se pudiera temer que agotaran sus elogios los elocuentes oradores que en estos días ocupan el púlpito del templo mayor, que es el teatro de la solemnidad. Ella es la invocada en las angustias de los moribundos, en los aprietos de las parturientas, en las aflicciones de los enfermos". 

"Ella es el antídoto en las pasiones del desconsolado, en las luchas del tentado, en las ansias del pretendiente, en los sustos del perseguido, en las necesidades del desvalido, en las prisiones del encarcelado, en la peligrosa conducta del litigante. Ella es la que, representando a la Gran Señora que triunfa en el Empíreo, acá en la tierra es el conducto por donde desagua Dios sus misericordias, de tal suerte, que ninguno invoca a la Virgen Santísima de Guanajuato, que no experimente el sabor divino: siendo su altar el propiciatorio de donde ninguno que a él acude, ya con oraciones, ya con sacrificios, sale mal despachado, porque, como sol místico en casa propia, refina su calor para que todos participen de sus influencias. *Nec est qui se abscondat a calore ejus*.”

En 2023, se realizó la restauración de la sagrada imagen, primera de la Virgen María y el Niño, en América Latina

-Renació en la Basílica: Nuestra Señora de Guanajuato regresó a su nicho en agosto de 2023, tras tres meses de restauración profesional que había iniciado en mayo.
-Misterios Revelados: Estudios científicos confirmaron que la talla era de madera de conífera, elaborada en Europa y traída durante el Virreinato, cambiando su advocación original.
-Alertaron sobre la Peana: Advirtieron la urgente necesidad de restaurar la Peana de plata, el soporte de la imagen, que presentaba graves problemas estructurales.

Tras tres largos meses de un delicado proceso de restauración profesional, la venerada imagen de Nuestra Señora de Guanajuato volvió a su nicho de honor al interior de la Basílica Colegiata. El 9 de agosto de 2023 la Virgen retornó totalmente restaurada para reencontrarse con sus fieles, quienes el 10 de agosto pudieron pasar nuevamente bajo su manto.

El proceso de Estudio y Restauración de la obra más importante de la ciudad comenzó el primero de mayo de 2023, y fue llevado a cabo por los restauradores Laura Angélica Hernández Araujo, Alma Susely Hernández Pérez, Mateo Trueba Morales y Alexis Giovanni Álvarez Lupercio, del taller “OROCONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN”.

El proyecto se gestionó y administró por “Guanajuato Patrimonio de la Humanidad A.C.” y se realizó bajo la supervisión del Centro INAH Guanajuato, el Comité de Arte Sacro de la Arquidiócesis de León y la Hermandad de Cargadores de Nuestra Señora de Guanajuato.

Análisis que revelaron la historia

La restauración se dividió en dos grandes etapas: Análisis científicos y restauración material. Para la primera etapa se contó con el apoyo de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO) y el Laboratorio de Análisis y Diagnóstico de Patrimonio, del Colegio de Michoacán.

Se hicieron estudios para identificar materiales, técnica de manufactura y modificaciones. En ellos se encontraron pigmentos orgánicos e inorgánicos, como sulfato de calcio, minio, albayalde, cinabrio, índigo o añil, y se comprobó científicamente que la madera seleccionada para esculpir a la Virgen era de una conífera. Con esto, se tuvo la certeza de que la imagen fue elaborada en Europa y traída a la Nueva España durante el Virreinato.

La escultura, sin embargo, había cambiado su aspecto a lo largo de los siglos. En un principio representaba a Nuestra Señora de la Antigua, con la Rosa en la mano de la Virgen (símbolo de pureza) y el jilguero en manos del Niño Dios (relacionado con la Pasión por alimentarse de espinas). Las crónicas del siglo XVIII la mostraban con un rosario, siendo conocida como Nuestra Señora del Rosario, pero una disputa con los dominicos hizo que los pobladores retiraran el rosario y le colocaran un cetro, convirtiéndola en Nuestra Señora de Guanajuato.

Daños y el minucioso rescate

El deterioro natural y el uso llevaron a la escultura a un estado de conservación delicado. El diagnóstico del taller “OROCONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN” documentó numerosos deterioros: grietas, fisuras, repintes de mala calidad, mutilaciones hechas en el siglo XIX, pérdida del oro que la cubría, policromía, falta de elementos escultóricos como dedos y parte del manto, y más de un centenar de clavos añadidos para vestirla.

Los procesos de restauración consistieron en la estabilización estructural, inyectando adhesivos orgánicos en grietas y fisuras, y rellenando con aserrín de cedro y pastas pigmentadas.

Se tallaron los elementos perdidos, como falanges de la mano derecha de la Virgen, detalles del manto y gran parte de la base. Se retiraron elementos metálicos como clavos, tornillos y armellas, aunque algunos tuvieron que quedarse.

Las secciones mutiladas en el siglo XIX fueron tratadas retirando físico-químicamente la pintura de mala calidad, suavizando los cortes para disimular las herramientas, y aplicando bases de preparación y bol de Armenia. Finalmente, se añadió hoja de oro de 23 quilates para reproducir los diseños perdidos.

Los rostros de la Virgen y el Niño Dios fueron tratados con sumo cuidado para no alterar sus expresiones. Se resanaron daños, y se retiró una capa de grasa y suciedad. En el Niño Dios, se descubrió tras limpieza química que su cabello era totalmente decorado con hoja de oro, no con repinte. Además, se pudo recuperar el jilguero original que sostenía en su mano, haciéndolo uno de los elementos más visibles de la escultura.

Los patrones de estilo mudéjar del manto de la Virgen fueron recuperados. Se descubrió que los diseños fueron perfilados con un punzón (esgrafiado) y que el manto inicialmente pintado en Europa fue color rosa, luego azul claro y finalmente, en el siglo XVIII, se recubrió del azul oscuro que hoy se conoce.

Medidas para la conservación futura

De manera adicional, el taller de “ORO C&R” restauró la base de la Virgen y el cetro.

Se contrató al Diseñador Ángel Gaona, quien junto con el Restaurador Alexis Álvarez, diseñó un fondo de conservación preventiva para la Virgen. Este serviría como una segunda piel de dos capas (una de seda de algodón para proteger el oro y una más gruesa) para recibir los vestidos bordados, minimizando el daño por abrasiones.

La “Hermandad de Cargadores de Nuestra Señora de Guanajuato” realizó una estructura metálica bajo la supervisión de los restauradores de ORO y el INAH Guanajuato. Esta estructura se usaría en procesiones y durante “el paso por debajo del manto”, anclándose a las andas y sujetando el pesado manto y la corona sin contacto directo con la escultura, disminuyendo la tensión de cargas.

¡Alerta! Pidieron restaurar la Peana de Plata

Finalmente, se expuso la necesidad urgente de realizar un proyecto para restaurar la gran Peana de plata que en 1737 el Marqués de San Juan de Rayas, Vicente Manuel Sardaneta y Legaspi, había regalado a Nuestra Señora de Guanajuato.

La peana, con una riquísima estructura de platería, presentaba problemas estructurales y movimientos en su estructura interna de madera, lo que había causado el desprendimiento de numerosos elementos de plata que se habían extraviado.

Al ser el sostén de Nuestra Señora de Guanajuato, su restauración era de primera necesidad, puesto que "de nada serviría la inversión que se hizo en la escultura si corría el riesgo de caerse estando en su peana". El proyecto estuvo a cargo del LRBM. Mateo Trueba Morales, del taller “ORO C&R”, y ya había sido entregado al INAH Guanajuato para su revisión y posterior aceptación.

Por petición del Arzobispado, la Basílica Colegiata continuaría trabajando para mejorar las condiciones de la Virgen. Entre los proyectos a mediano y largo plazo se contemplaba la necesidad del diseño y factura de un elevador especial que permitiera bajar y subir de manera segura a la escultura, un sistema de iluminación diseñado para su conservación y mejorar el sistema de seguridad de la Basílica.

El conjunto escultórico era un tesoro que daba identidad al pueblo guanajuatense y, citando al Arq. J. Jesús Octavio Hernández Díaz, Nuestra Señora de Guanajuato era el corazón de la ciudad.

Bibliografía:
-Tomado del artículo publicado por la revista Insula Barataria, en su No. 79, julio de 2023.
-Revista mensual "Cristo Rey en México". Agosto de 1957. No. 4

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