El Movimiento Familiar Cristiano, escuela para proteger la familia: Obispo de Celaya

Guanajuato Desconocido
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Eugenio Amézquita Velasco

-El Movimiento Familiar Cristiano se consolida como una escuela de formación esencial para proteger la unión del hogar actual.
-Coincide en que los hijos pertenecen a los padres y no al Estado; el gobierno debe reconocer derechos naturales anteriores a cualquier régimen.
-La Iglesia ha sobrevivido a imperios y dictaduras porque su fundamento es Jesucristo y no las estructuras humanas materiales.

La reciente reflexión de Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de Celaya, trasciende el ámbito eclesial para colocarse en el centro de un debate sociopolítico urgente: la autonomía de la familia frente al avance de ideologías estatales. En un análisis profundo sobre la identidad del Movimiento Familiar Cristiano (MFC), el prelado no solo defiende una estructura pastoral, sino que blinda la dignidad de la célula fundamental de la sociedad frente a lo que califica como "gobiernos pulpo".



El MFC no es simplemente un grupo parroquial; es, en palabras del Obispo, una escuela de resistencia y formación. Su valor radica en su capacidad de "ensamblar" las piezas que el mundo moderno intenta dispersar: el matrimonio y la relación con los hijos. En un contexto donde los movimientos suelen ser efímeros, la longevidad y estructura del MFC demuestran que la formación basada en el kerigma y el hogar es la única capaz de resistir el paso del tiempo y las crisis de liderazgo.

Sin embargo, el punto más crítico y valiente de su discurso es la denuncia contra los regímenes totalitarios que intentan domesticar a la familia. Monseñor es claro: el Estado no otorga derechos, el Estado debe reconocer derechos que ya existen por naturaleza. 

La advertencia sobre un gobierno que pretende ser "papá y mamá" es un llamado a la conciencia ciudadana. La historia, citando el bloque socialista o la persecución en México, le da la razón; los sistemas que intentan adueñarse de las conciencias y de los hijos terminan colapsando, mientras que la "iglesia doméstica" permanece.

Finalmente, la nota de esperanza es teológica pero con efectos prácticos. La Iglesia y la familia sobrevivirán porque su raíz no es institucional sino espiritual. 

La persecución, ya sea a través de la ideología o de la expulsión de clérigos como se ve en dictaduras actuales, no es un ataque a hombres de sotana, sino un rechazo a la figura de Cristo. Para el Obispo de Celaya, la familia es la institución menos domesticable de la historia, y en esa rebeldía santa reside la clave para reconstruir el tejido social de Guanajuato y de todo México.

La entrevista completa a Mons. Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, obispo de Celaya

Eugenio Amézquita Velasco: 
Estoy con Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma. Señor, una homilía muy profunda hablando de la docilidad que se debe de tener para la voluntad de Dios, no cuestionando por qué me mandaste este padre, por qué me mandaste este obispo..

Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma:
...y a este reportero (sonríe)

Eugenio Amézquita Velasco: 
también señor. Pero dentro de esa misma tónica y ese mismo discurso, ¿qué decir cuando alguien dice no, movimiento familiar cristiano no me lo mandes? ¿Qué podemos decir señor?

Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma: 
Bueno pues es que no conocen la belleza, la bondad de este movimiento. Realmente el Movimiento Familiar Cristiano es toda una escuela de formación que inicia con un keryma. Tiene la formación en sus propios hogares, donde nació la Iglesia. La Iglesia nació en las casas. Y tienen cada momento para formar el matrimonio, después tienen momento para que ensamblen ese matrimonio y tiene un encuentro conyugal, y luego tiene un encuentro familiar para que ensamblen a los hijos en la familia.

Es todo un proceso muy hermoso. Es un movimiento que tiene mucha estructura, una muy buena literatura, buenos libros y que tiene la experiencia de muchísimos años. 

Digamos de los movimientos a nivel ya internacional y nacionalmente es de los más antiguos. Tiene toda la experiencia, tiene todo el material y lo otro es que ha resistido el paso del tiempo. Esto es algo muy importante porque muchos movimientos nacen, hay una efervescencia y a los pocos años después entra la falta de estructura, la crisis por los liderazgos y se desbarata.

Eugenio Amézquita Velasco: 
Señor, pero qué pensar también, voy a ser más todavía más profundo en mi concepto y llegar a decir: aunque el obispo diga Movimiento Familiar Cristiano, aquí no. ¿Qué podemos decir de eso? ¿No podría ser rebeldía señor a la voluntad de Dios?

Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma: 
Pues es que en el fondo es sí, es un poco de ignorancia no conocer los dones del Espíritu. Puedes decir Dios suscita los movimientos en la Iglesia. Los movimientos no es que nazcan así, los movimientos nacen en la Iglesia y nacen precisamente por la acción del Espíritu porque muchas veces la pastoral ordinaria no realiza todas las acciones de atención, entonces el Espíritu Santo suscita esos movimientos para que se atiendan estas realidades como son la familia, jóvenes, personas vulnerables, etcétera. Entonces a quienes no aceptan esto, de alguna manera sí, no aceptan la acción de Dios, del Espíritu de Dios en medio de la comunidad que quita carismas para la evangelización, para construir la Iglesia.

Eugenio Amézquita Velasco: 
Señor, por último, ya usted habló claramente de que no se puede reconstruir un tejido social cuando quien en un momento dado le corresponde hacerlo no lo está haciendo. Sin embargo hay preocupación, temor, diría yo y hasta miedo de familias que están viendo un Estado Mexicano que parece... un Estado de Guanajuato, para ser concretos, que parece que ahora quiere ser el papá y la mamá y decir cómo se deben manejar a los hijos y cómo educarlos cuando ni siquiera vive con ellos. La Sagrada Familia puede ser la clave señor de cómo tiene que ser el modelo de familia y que no es el gobierno el que define o los gobiernos.

Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma: 
El problema es que en ese tipo de composición de tipos de gobiernos, de regímenes totalitarios, pues ellos absorben todo. Son un pulpo, absorben la economía, absorben la energía, se hacen dueños del agua, dueños de la vida de todo mundo. 

Entonces quieren ser dueños de lo que piensas, dueños de lo que sientes, dueños de tus propiedades y obviamente se hacen dueños de los hijos. Los hijos son de los papás, ellos los procrearon, los trajeron al mundo y ellos son los responsables. 

El gobierno debe reconocer, debe reconocer que los derechos no es que yo te dé derechos. El Estado no debe dar o no dar derechos, debe reconocer los derechos que tiene la naturaleza humana. 

Pero bueno, pues cuando muchas veces es una ideología, pues es una imposición y entonces de alguna manera se están sobreponiendo sobre la naturaleza, sobre una institución anterior a este Estado, porque antes de este Estado totalitario la familia ha sido esta iglesia doméstica que pervive y sobrevive. Más aún nosotros tenemos confianza en esta familia que es institución que es la menos domesticable a lo largo de la historia. 

Estos sistemas ya han fallado. Recuerda cuando estaba todo el bloque socialista, muchos de ellos vivieron esa separación de familias, el gobierno se hizo dueño de los hijos etcétera. Después que cayó el bloque socialista otra vez las familias se volvieron a integrar. Yo estoy seguro que Dios protege y cuida la familia y estará esta familia protegida por Dios, por la Sagrada Familia, y sobrevivirá a estos cambios y a este régimen y a otros más.

Eugenio Amézquita Velasco: 
La expulsión del sacerdote mexicano de Cuba señor, ¿es algún aviso de lo que las dictaduras hacen con las religiones y con la iglesia?

Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma: 
Sí, nosotros mira, la Iglesia a lo largo de dos mil años ha tenido bastante experiencia con todo tipo de monarquías, imperios, 

Eugenio Amézquita Velasco:
persecuciones... 

Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma: 
Desde Nerón, hemos vivido desde Maximino, Mussolini, vivió la Iglesia en tiempos de Hitler, la Iglesia ha vivido en tiempos del sandinismo, ha vivido en tiempos de Pinochet, lo ha vivido en Chile, se vivió aquí en tiempo de Plutarco Elías Calles. Es decir, la historia de la Iglesia nos ha enseñado que nosotros estamos más allá de un rey y hemos aprendido que ha habido confiscaciones, ha habido persecuciones, ha habido martirios, hubo expulsiones de los jesuitas. 

Es decir, ha habido a lo largo de tantos años una historia muy larga de la Iglesia pues de todo tipo. Entonces yo creo no nos extraña ya saber de este tipo de regímenes totalitarios, ya la Iglesia los ha vivido a lo largo de muchos años, hemos tenido esa experiencia y la confianza en Dios. 

Sabemos que esta Iglesia es de Jesús y como le dijo el Señor a San Pablo cuando perseguía a los cristianos, le dijo el Señor cuando lo tumba del caballo: "yo soy Jesús a quien tú persigues". 

Esta Iglesia no son los curas, no entienden eso. La Iglesia no son los curas, la Iglesia no son los templos, la Iglesia no es lo que buscan las limosnas, eso no es la Iglesia. La Iglesia es Jesús. Eso es lo que no entienden. 

En realidad no nos persiguen a nosotros, en realidad persiguen a Cristo. Lo que no aceptan es a Jesús y no aceptan a Dios en su vida. Están llenos, pagados de sí mismos pues no cabe Dios ahí.

Eugenio Amézquita Velasco: 
Señor la bendición para el público.

Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma: 
La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. Amén.

Eugenio Amézquita Velasco: 
Soy Eugenio Amézquita con el señor obispo 

Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma:
y viva Cristo Rey.

Eugenio Amézquita Velasco:
Viva!

Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma:
¡Eso...!
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