El Hermano Asno OFS
-Alberto Chmielowski, excombatiente polaco y pintor, abandonó la fama por una vida de servicio radical a los pobres.
-Una profunda experiencia del amor de Cristo, inspirada por su cuadro, llevó al artista a su total transformación espiritual y renuncia al arte.
-Descubrió el rostro de Cristo en los desheredados de Cracovia y fundó a los Albertinos y Albertinas, dedicados a los sin techo.
-Alberto se hizo pobre entre los pobres, siguiendo la herencia de San Francisco de Asís y actuando como la "teología de la liberación mesiánica".
Juan Pablo II canonizó a Fray Alberto, citándolo como ejemplo clave para su propia vocación y dedicándole el drama *El Hermano de nuestro Dios*.
San Alberto Chmielowski (1845-1916): El Artista que se Hizo Pobre por Amor a Cristo
Alberto Chmielowski, en el siglo Adán, nació en Igolomia, cerca de Cracovia, el 20 de agosto de 1845, en el seno de una familia noble, hijo de Adalberto y Josefina Borzyslawska. Huérfano a edad temprana, creció en un ambiente marcado por profundos ideales patrióticos, una fe firme en Dios y un espíritu de caridad cristiana hacia los más necesitados.
De Insurgente Polaco a Pintor de Múnich
Su juventud estuvo marcada por la lucha por la libertad de Polonia contra el yugo zarista.
A los 18 años, como estudiante del Instituto Politécnico de Pulawy, Adán Chmielowski tomó parte activa en la insurrección. En combate, cayó prisionero y sufrió la amputación de una pierna a causa de una herida, dejando una invalidez de por vida.
Tras el fracaso de la insurrección, huyó de la represión zarista, trasladándose al extranjero. Inició estudios de ingeniería en Gante (Bélgica), pero su talento lo llevó a estudiar pintura en París y, finalmente, en Múnich.
En 1874 regresó a Polonia como un artista maduro, decidido a dedicar "el arte, el talento y sus aspiraciones a la gloria de Dios". Su obra comenzó a centrarse en temas religiosos. Su cuadro más conocido, el «Ecce Homo», fue el resultado de una profunda experiencia espiritual del amor misericordioso de Cristo, que lo condujo a una transformación radical.
La Llamada de Cristo en los Sin Techo
En 1880, en busca de una vida religiosa, Adán ingresó en la Compañía de Jesús como hermano lego. Seis meses después, la mala salud lo obligó a dejar el noviciado, lo que desencadenó una profunda crisis espiritual. Al superarla, su vida tomó un giro definitivo.
Al acercarse a la miseria material y moral de los sin techo y desheredados en los dormitorios públicos de Cracovia, descubrió en la dignidad menospreciada de aquellos pobrecillos el rostro humillado de Cristo. Por amor al Señor, tomó una decisión radical: renunciar a su prometedora carrera en el arte para vivir al lado de los marginados, dedicándoles toda su persona. Se trataba, en palabras de Juan Pablo II, de una "opción por los pobres" que encarnaba la teología de la liberación mesiánica: "partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en casa" (Is 58,7).
El Fundador del "Hermano Gris"
El 25 de agosto de 1887, Adán vistió el sayal gris franciscano y tomó el nombre de Hermano Alberto. Un año después, pronunció sus votos e inició la congregación de los Hermanos Albertinos (Siervos de los Pobres), una rama de la Orden Tercera de San Francisco.
El Hermano Alberto, a quien popularmente llamaban el "Hermano Gris", organizó asilos para pobres, casas para mutilados e incurables, fundó comedores públicos, y orfelinatos. Todos contaban con su ayuda, sin distinción de religión o nacionalidad.
En 1891 fundó la rama femenina, las Hermanas Albertinas, con la finalidad de socorrer a las mujeres necesitadas y a los niños. En sus asilos, los pobres recibían pan, alojamiento y vestidos, y los desocupados eran orientados a un trabajo. Pero su labor iba más allá, ocupándose paternalmente de sus almas y tratando de reavivar en ellos la dignidad humana y la reconciliación con Dios.
El Hermano Alberto tomaba fuerza del misterio de la Eucaristía y de la Cruz para su acción. A pesar de su invalidez (su pierna amputada), viajaba incansablemente para fundar nuevos asilos en otras ciudades de Polonia y visitar las casas religiosas. Al momento de su muerte, su espíritu emprendedor había fundado 21 casas religiosas, en las cuales trabajaban 40 hermanos y 120 hermanas.
La Herencia de San Alberto: Ser buenos como el pan
San Alberto Chmielowski murió, a causa de cáncer de estómago, el día de Navidad de 1916 en Cracovia, en el asilo por él fundado, viviendo pobre entre los pobres.
Antes de morir, dejó dos enseñanzas claves: "Esta Virgen (de Czestochowa) es vuestra fundadora, recordadlo", y "Ante todo, observad la pobreza". Su herencia se basa en su filial confianza en la divina Providencia, su espíritu de oración y la frase que enseñó con el ejemplo de su vida: «es necesario ser buenos como el pan, que está en la mesa, y que cada cual puede tomar para satisfacer el hambre».
Su obra sobrevivió a la guerra, convirtiéndose en expresión del radicalismo evangélico polaco. Sus congregaciones extienden hoy su acción misionera por Polonia, Italia, Estados Unidos y Argentina. Sus contemporáneos lo definieron como «el hombre más grande de su generación».
La Deuda de Gratitud de Juan Pablo II
El futuro papa Juan Pablo II, Karol Wojtyla, encontró en Fray Alberto un "particular apoyo espiritual y un ejemplo" para su propia elección radical de la vocación al sacerdocio, distanciándose del arte y el teatro.
Siendo joven sacerdote en Cracovia, Wojtyla le dedicó la obra dramática El Hermano de nuestro Dios, saldando una "gran deuda de gratitud". Más tarde, como Papa, elevó al honor de los altares a este "pobrecito de Cracovia con hábito gris":
Fue beatificado en Cracovia el 22 de junio de 1983 por Juan Pablo II. Fue canonizado en Roma el **12 de noviembre de 1989** por Juan Pablo II, quien lo describió como un resplandeciente ejemplo de caridad heroica y el San Francisco polaco del siglo XX. #MetroNewsMx #GuanajuatoDesconocido

