Eugenio Amézquita Velasco
-La Escuela de Roque se encamina a su centenario en mayo de 2026, consolidada como una catedral del amor a la enseñanza: Fidel Rivera Vargas, exalumno
-Fidel Rivera Vargas, egresado distinguido, relata su llegada a la institución tras un riguroso examen de selección.
-Hijo de campesinos, el maestro Rivera destaca que la escuela exigía excelencia académica y una conducta intachable.
-Los alumnos, conocidos como "pebecos", forjaron una identidad única basada en el esfuerzo y la vida en el internado.
-La mística de Roque formaba maestros de apostolado, listos para servir en los rincones más alejados y necesitados.
-Rivera Vargas recuerda con honor a figuras como el futbolista Elías Muñoz y el político Israel González Arreguín.
-El entrevistado detalla su éxito musical, que lo llevó a ganar el concurso del requinto de Los Panchos en México.
-La proyección internacional del maestro incluye homenajes a Julio Jaramillo en Ecuador y colaboraciones con Alina Sánchez.
-El legado de Roque trasciende las aulas, uniendo el arte de la música con el compromiso social del magisterio rural.
-La institución se prepara para un 2026 lleno de festejos, honrando a sus hijos que han puesto en alto el nombre del campo.
La Escuela de Roque, nombre con el que el corazón del pueblo bautizó a lo que hoy es el Tecnológico Nacional de México, se prepara para vestir sus mejores galas. El próximo 15 de mayo de 2026, esta emblemática institución cumplirá cien años de existencia, un siglo de ser el faro educativo para los hijos de los campesinos y una auténtica catedral de la educación rural mexicana. En este marco de celebración anticipada, Metro News-Guanajuato Desconocido sostuvo una charla profunda con uno de los egresados más brillantes y polifacéticos de sus aulas: el Maestro Fidel Rivera Vargas, Celayense Distinguido y embajador de la música mexicana.
La historia de Fidel Rivera es la historia misma de la superación que promueve Roque. Originario del Rancho de la Laja e hijo de ejidatarios, Fidel no llegó a la entonces Escuela Normal Rural Gabriel Ramos Millán por azar. Su ingreso fue producto de un esfuerzo titánico: compitió contra 800 aspirantes para obtener uno de los escasos 40 lugares disponibles.
La disciplina era el pilar de la formación; con un sistema de puntos de conducta riguroso, cualquier falta podía truncar el sueño de ser profesional. Rivera recuerda con precisión la etapa de 1965 a 1968, años donde la escuela no solo crecía en infraestructura con la construcción de estadios y albercas, sino que también vivía el pulso social del país.
Uno de los pasajes más coloridos de la entrevista rescata el origen del mote pebecos. El maestro narra con nostalgia cómo los jóvenes internos, provenientes de comunidades rurales y desconocedores de productos urbanos, confundieron la pasta dental de marca PBK con un dulce. Al probar su sabor azucarado, terminaron untándola en bolillos para mitigar el hambre nocturna, bautizando así para la posteridad a las generaciones de estudiantes de Roque. Este sentido de pertenencia y hermandad se mantiene vivo hasta hoy, simbolizado incluso en el transporte estudiantil de la institución.
La formación en Roque no se limitaba a los libros. El Maestro Fidel describe una mística de apostolado: los egresados debían ser los doctores del rancho, preparados incluso para atender partos o inyectar, siempre con la consigna de no ser maestros ganapanes ni relojeros, sino servidores entregados a las comunidades más apartadas. Esta filosofía de vida acompañó a Rivera Vargas en su doble camino como docente y artista. Su talento con el requinto lo llevó a ganar concursos nacionales y a forjar amistades con leyendas como Martín Urieta, Los Panchos y Clavillazo, además de representar a México en homenajes internacionales a Julio Jaramillo en Ecuador.
A pesar de sus éxitos internacionales en escenarios de Cuba, Estados Unidos y embajadas extranjeras, el Maestro Fidel Rivera Vargas no olvida su raíz. Se define con orgullo como gente de la familia del campo. Su testimonio reafirma que la Escuela de Roque es mucho más que un plantel educativo; es un símbolo de identidad nacional que, a punto de cumplir un siglo, sigue cosechando el respeto y el amor de sus hijos, quienes ven en sus muros el aroma de la verdadera escuela rural mexicana.
La entrevista completa con el Maestro Fidel Rivera Vargas
Eugenio Amézquita Velasco
Bueno, pues al empezarse a anunciar que la Escuela de Roque, porque ese es el nombre con el que todos conocemos, a lo que fue el ISETA, ENAMACTA, la Escuela Normal Rural, hoy Tecnológico Nacional de México, la Escuela de Roque cumple 100 años el próximo 15 de mayo de 2026. Y bueno, tengo en la línea a un gran personaje, un gran amigo, compañero maestro también, el maestro Fidel Rivera Vargas, que además es Celayense Distinguido y que pasó por las aulas de Roque. Profe, muchas gracias por recibirme la llamada y yo así de entrada quisiera saber cómo cayó usted ahí en Roque.
Yo sé que usted es de comunidad rural, maestro, pero ¿cómo fue que entró ahí? Es una escuela en su momento de corte nacional, no dijéramos que muy selecta, pero era un lugar muy especial. ¿Cómo llegó el maestro Fidel Rivera?
Y muchas gracias maestro, y además un poquito de datos, de dónde es el profe, dónde nació, sus papás y todo esto que va inmerso cuando uno es estudiante y va a la escuela. Gracias maestro.
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Pues primeramente, buenos días Eugenio, un gusto que me hayas tomado en cuenta para tu entrevista de los 100 años de Roque. Ahora sí te voy a decir cómo ingresé ahí. Yo no sabía de la existencia de la Escuela de Roque, yo estaba acá muy tranquilo, yo soy originario del Rancho de la Laja, hijo de José Rivera Guerrero y Francisca Vargas Álvarez.
Mi madre era originaria de Santiago de Cuendá, de Juventino Rosas. Mi papá era de aquí de Celaya, vivió mucho tiempo en el Rancho de La Laja. Para ingresar a la Escuela de Roque, nos exigían, nos pedían que fuéramos hijos de campesinos ejidatarios, y mi padre siempre fue campesino ejidatario.
Yo también trabajé la tierra, aquí con mis manos, también me tocó sembrar maicito, el alfalfa, todas las faenas del alfalfa, del melón, de la sandía, todo lo que mi padre cultivaba, mucho lo del maíz. Había que llevar una carta del Comisariado Ejidal de La Laja, entonces me la dieron y fue de la manera que solicité. No solamente era entregar documentación, había un examen de selección.
Recuerdo que esa ocasión fuimos cerca de 800 aspirantes, para quedar 40 nada más, era a concurso, las mejores puntuaciones. Así entrabamos, nos daban al entrar 100 puntos de conducta, cualquier, así que nos pasáramos de esos puntos, que nos gastáramos 40 puntos y quedábamos automáticamente fuera de la escuela. Que reprobáramos, la desviación. Teníamos que ser alumnos constantes y cumplidos.
Por ejemplo, no entrar a una clase, a una sola clase, te quitaban un punto de conducta. Entonces, no ir a una comisión, te quitaban dos puntos. Hacer una indisciplina, hasta cinco puntos.
No llegar, siempre había una tabulación y ahí andábamos cuidando esos puntos, que no fuéramos a quedar mal. Y afortunadamente salimos bien librados de eso. Me tocó la etapa del 65-68.
En el 68 fueron las jornadas nacionales y para eso le tocó a Roque el presupuesto para hacer sus albercas, sus estadios, sus campos, todas las instalaciones nuevas que se ven en Roque. Me tocó con eso. Pero en ese tiempo tú recuerdas que en 1968 vino el movimiento estudiantil de la UNAM y las escuelas normales rurales eran puntos rojos.
O sea que para partir el movimiento, en ese tiempo estaba secundaria y normal juntos. Yo fui de la última generación de seis años, 3 de secundaria y 3 de normal.
Eugenio Amézquita Velasco
¿En ese entonces cómo se llamaba la escuela de Roque? ¿Qué nombre tenía?
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Escuela Normal Rural Gabriel Ramos Millán.
Eugenio Amézquita Velasco
¿Todavía no era en ENAMACTA? ¿Era más atrás todavía?
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Era más atrás, 65-68. Era la escuela normal rural.
Eugenio Amézquita Velasco
¿No le tocó ser de los "pebecos"?
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Sí, me tocó ser "pebeco".
Eugenio Amézquita Velasco
Explíquenos un poquito para el público qué es esto de "pebeco", profe, por favor.
Maestro Fidel Rivera Vargas:
El "pebeco" surgió de que, por ejemplo, en ese tiempo éramos de comunidades rurales, no conocíamos mucho lo de las cuestiones y esa vez nos ponen pasta dental. Nosotros ni la conocíamos, la pasta dental. Y nos ponen una pasta dental que se llamaba Pe-be-ca.
Como ignorábamos todo eso, resulta que surgió la cuestión de que algunos compañeros, bueno, ¿qué es esto? La probaron y sabía dulcecita. ¿Y qué crees que se hizo ahí en ese tiempo?
Pues sacaban el bolillo ahí de la cocina, del comedor y en la noche, daba hambre y al bolillo le ponían pasta dental, PBK, y esas eran las tortas de pasta dental PBK. Y de ahí salió que fuéramos los "pebecos". Por eso, por comer tortas de pasta dental PBK.
Eugenio Amézquita Velasco
Y recuerdo también, creo que hasta la fecha...
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Veníamos del rancho, veníamos del rancho, no conocíamos eso todavía.
Eugenio Amézquita Velasco
Sí, sí. Todavía hasta la fecha hay un camión de los transportes estudiantiles que tiene Roque, que tiene ese nombre, "El "Pebeco". Yo creo que en memoria...
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Sí, son los "pebecos", exactamente.
Eugenio Amézquita Velasco
Perdón, profe, que la he interrumpido, pero es una anécdota interesante. Y bueno, continuamos con esta charla, profe. Pues usted estuvo estudiando en Roque en una de esas generaciones, en los años 60, y se viene esta situación del 68 en la capital del país, ¿no?
Y ¿qué siguió, pues?
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Entonces, el gobierno, como estrategia para partir el movimiento secundario y normal, a todos los que estábamos a normal, yo estaba primero de normal, y partieron las escuelas y nos distribuyeron a las mismas escuelas. Había 29 escuelas normales en todo el país. Y estaba la de Atequiza, en Jalisco, que era de mujeres, pero a partir del 69 ya la hicieron de hombres y mandaron a los de normal para allá, y nos juntaron con los que venían de Tamaulipas, de la normal de Tamaulipas.
Entonces, ahí juntaron Tamaulipas y Roque. De escuelas, teníamos de varios estados. Nosotros teníamos gente de Yucatán, de otros estados, de Aguascalientes, de Jalisco, de varias partes.
Era de hombres. Ahí dormíamos, ahí nos daban todo, ahí teníamos dormitorio, nos daban ropa, nos lavaban, nos planchaban, ahí había comedor, todo. Vivíamos ahí en la escuela.
Eugenio Amézquita Velasco
Un internado.
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Un internado, exactamente.
Eugenio Amézquita Velasco
Y bueno, maestro, entre sus compañeros, maestro, hay muchos, muchos profesores que son verdaderamente instituciones, son historia aquí de la ciudad, formadores de muchos, muchos jóvenes, que ahora, bueno, ya son hasta abuelitos algunos de ellos. Fueron compañeros de usted, profesor, que usted recuerde algunos de ellos. Me decía usted de un gran amigo, el profesor Israel González Arreguín, que también tiene una larga historia política aquí en la ciudad, pero también es profesor y creo que abogado.
¿Ese es uno de algunos de los que fueron sus compañeros o contemporáneos? ¿Qué nos podrían platicar de él y de quién es más, maestro?
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Él entró un año antes que yo. Israel González Arreguín, él hizo una carrera, como tú sabes, diputado local. Al menos fue dirigente estudiantil.
Después, ya cuando sale, ya fue diputado local, diputado federal, presidente de la Comisión de Pesca de la Cámara de Diputados. Ha habido personajes como Israel. No fueron de mi generación, pero estuvo Elías Muñoz, aquel futbolista que jugó con los Pumas, fue seleccionado nacional y fue al Mundial de Inglaterra en el 65.
Ese el pasado de Roque. Ha habido figuras de Roque que han sido glorias nacionales.
Eugenio Amézquita Velasco
Profesor, ¿y de los maestros que le dieron clase? ¿La especialidad que usted terminó? ¿Qué carrera terminó usted ahí?
Después finalizó en Atequiza. ¿Qué docentes son los que usted recuerda, maestro?
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Recuerdo mucho los maestros que tuve ahí, los directores. El maestro Gilberto Lozano Montañez, el maestro Misael, que fueron directores, Misael Macías Velázquez, el maestro de los académicos, el maestro Solache y su esposa. Tuvimos maestros muy, muy buenos maestros.
Salíamos con una mística en la carrera de la educación. Nos hacían sentir la educación que llegaba. Decían, no sean maestros ganapanes, que no vayan a trabajar por la comida, ni sean maestros relojeros que estén checando el reloj para salir y cortarle el tiempo un poquito.
Toda esa mística nos la pusieron. Una educación, nos mandaban a los ranchos más alejados, a los más necesitados, y ahí teníamos que ir. Fue muy bonito.
Eugenio Amézquita Velasco
Estamos hablando, profe, del tiempo en que el ser maestro, y todavía, todavía hay algunos compañeros maestros, no podemos ser excluyentes, un auténtico apostolado. Yo siempre he dicho que la Escuela de Roque tiene ese aroma. Llega uno a Roque, ve el edificio más antiguo donde está el que llaman "El palomar".
Es el lugar que llamaban, que llaman, todavía no se le llamaba "El palomar", y que se respira el aire de la escuela rural mexicana, maestro. Es eso que usted acaba de decir. Los lugares más alejados del país donde la necesidad de educación y la sed de aprender, pues están muy fuertes.
Creo que esa época en México era de mucha necesidad en materia de educación. No sé si coincida en eso conmigo.
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Es que, bueno, una, de hecho, si hay una condición, ser maestro y normalista rural, tenemos que llevarla en alto. Y un normalista rural es una persona que va a darlo todo. Vas a ser el doctor del rancho, porque va a ser los maestros.
Nos preparaban un poquito, hasta para que si una mujer iba a ser parturienta, y en ese, podríamos ver cómo está, cómo inyectar. Ensayamos con una naranja, nos ponían así, llevábamos una educación, una educación para la salud, una materia. Entonces, una mística que nos implicaba, pero la sentíamos.
Nos poníamos la camiseta, así de veras, al máximo.
Eugenio Amézquita Velasco
¿En qué escuelas le tocó a usted trabajar, profesor, después de que egresó de esta normal? ¿En qué planteles?
Maestro Fidel Rivera Vargas:
A mí, para iniciar, me tocó el Estado de Guerrero, en la Tierra Caliente, por allá por Altamirano, Guerrero. Por allá me tocó, en ese tiempo, cuando yo iniciaba en el 71 o 72, conocí, me presentaba a un personaje. Yo no sabía quién era, y después hasta supe quién era.
Dije, ¿lo conoce este amigo que está aquí contigo? Pues no. Me presenta, se llama Lucio Cabañas, me dijo.
Pero yo no sabía nada de esto, o sea, Lucio Cabañas, y punto.
Eugenio Amézquita Velasco
Para el público que está leyendo esta nota, Lucio Cabañas fue uno de los más fuertes guerrilleros en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez, considerado un azote para el gobierno, y que después falleció asesinado, precisamente cuando lo capturaron, lo acorralaron.
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Él era el hermano rural de Ayotzinapa.
Eugenio Amézquita Velasco
Cuanta historia. Y bueno, ¿qué otros detalles más? Hablamos de compañeros, profesor, no sé, posiblemente algunos de sus contemporáneos en Roque no estén aquí cerca, en los alrededores, algunos posiblemente ya descansan en paz.
Pero, ¿de qué compañeros se acuerda usted de Roque, profe?
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Mi hermano del alma, aún salimos todavía desde esa etapa, el maestro Ismael López Sotelo. Aún sigue, él me acompaña a giras a Ecuador, me acompaña a giras a Cuba, a Estados Unidos, a donde quiera andamos cantando. Y donde quiera que haya eventos, ahí vamos los dos juntos. El maestro Ismael López Sotelo.
Eugenio Amézquita Velasco
También para el público, el maestro es un excelente músico, reconocido, con piezas musicales que le han dado fuerza a muchos grupos musicales como la Sonora Santanera, para empezar. Y además, gran amigo de músicos de talla internacional histórica como Los Panchos. Seguimos hablando de un egresado de Roque, pero una etapa en la música, profe, que nos gustaría que nos compartiera cómo se dio esto en la música y hasta dónde ha llegado este egresado de Roque con la música, maestro.
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Pues, me conoció el maestro Martín Urieta, el autor de "Mujeres Divinas". Urieta, me dijo, ¿qué estás haciendo en Celaya con tus canciones así? Te van a acabar en el olvido.
Y me llevó con él, diez años fui su subsecretario en la CNC Nacional. Él era el secretario de Cultura. Diez años fui su subsecretario, tenía cuatro subsecretarios.
Donde viene el cambio en la CNC Nacional, me ponen a mí en el cargo que tenía el maestro Martín Urieta, me dejan a mí como secretario de Cultura del Comité Nacional de la CNC. Hasta la fecha llevo esa distinción de representar al campo, directamente del campo.
Eugenio Amézquita Velasco
Maestro, ¿a qué artistas destacados ha tenido usted la oportunidad de conocer, o descendientes de esos grandes artistas mexicanos que forman parte de la historia musical del país, maestro?
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Pues me tocó convivir y acompañar, primeramente en Guerrero, porque veía por ese rumbo. Era donde estaba, donde coordinaba los límites de Michoacán y Guerrero. Una vez me tocó acompañar, me dijeron que se acompañaba una señora.
Le dije, pues si no es de esa finalidad, porque acabamos de resolver un problema. La verdad que me había gustado. No, que sea cantado, tráiganmela.
Y se acerca la señora y me dice, ¿me podría acompañar a puñalada trapera en sol? Dije, el problema no sabe su tono. Empiezo a acompañarla y era doña Amalia Mendoza. "La Tariacuri".
Eugenio Amézquita Velasco
¿De Huetamo, Michoacán, creo, verdad?
Maestro Fidel Rivera Vargas:
De Huetamo, Michoacán. Ahí está, muy cerquita. Luego de ahí me pasa, me toca grabar discos y conozco a Juan Gabriel, cuando apenas tenía su primer disco de "No Tengo Dinero".
Íbamos a ser compañeros de marca, pero el señor me citó a las ocho de la mañana. Llego a las nueve y yo llegué a las ocho.
A las diez llega Federico Méndez, Federico Villa. A las doce llegan Los Barranqueños. A las dos llega Juan Gabriel.
A las dos de la tarde llega José Alfredo Jiménez, en el setenta y dos. Y dice José Alfredo Jiménez, ¿dónde está "El Indio"? Y José Jiménez dice, ¿está grabando con quién?
Con Yolanda del Río. ¡Uy, amigos!, espérenlo sentados. Dice, amigo, no va a salir ahorita.
Va a estar grabando, no va a salir. Dice, entonces, nos vemos, dice José Alfredo Jiménez. Y ya yo me molesté, dije vámonos.
Y cruzando ahí la calle estaba Musart. Y grabamos para Musart. Con Juan Gabriel.
Todos los éxitos de Tony Aguilar. Él fue mi director artístico. Y ya de ahí, después conocí.
Y tocando en un lugar, así de colado. Señalo que toqué una que acabo de grabar y una de Los Panchos. Se levanta un señor, me dice, permítame felicitarlo.
Muy bonito, lo de Los Panchos. Me llamo Antonio Espino, soy Clavillazo. Me dice, estoy actuando con Los Panchos ahorita y andan buscando un requintista, ando haciendo un concurso y usted puede hacer un papel.
Me recomienda con el güero de Los Panchos el día siguiente. Entonces yo voy enviadopor Clavillazo. Sí, señor, tóca lo de Los Panchos.
Empieza a tocar, me dicen. Le queda dudoso, no le gusta. Dice, pues mira, me gusta cómo es tus dedos, pero no me gusta cómo se oye. Pero dice a su compañero, compadre, préstale mi requinto, que era otra cosa.
Otro sonidazo. Suena precioso, me dijo. Cuando toqué su requinto, me dice: "así merito".
No señor, pues no es el mono, es la guitarra. Dice, con este así, con este vas a subir a concursar, me dijo. Y esa fue la clave de que gané el concurso del requinto de Los Panchos en México.
Me regalaron un requinto uno de los Panchos. En ese año me andaba casando y me dijeron, no quieres que echamos los padrinos de boda? Y ándale, que me apadrina y pone el padrino de boda: a Los Panchos.
Enseguida yo me voy a cantar con ellos, pero señalan que con este acto ellos resuelven su problema pero matan al trío que traíamos. Vamos a apoyarlos, dijeron, y nos mandan al Teatro Blanquita de México. Nos mandan a Reynosa con Chayito Valdez.
Estuve yo un mes cantando con ella. Chayito Valdez, con Chelelo, con Mario Saucedo, con los grandes del norte. También mis amigos, ya murieron Chayito Valdez, Chelelo, todos esos grandes.
Y siguen la tradición. Luego conozco a Martín Urieta. Martín Urieta es el presidente de los compositores de México.
Entonces, simplemente para decirte estos días. El viernes pasado se cumplieron 65 años de casado con un amigo común. Éramos compañeros de la Secretaría de Cultura y nos invitó Martín Urieta y a mí.
El viernes pasado, este viernes pasado. Te voy a mandar fotos de eso. Y luego el sábado, no, el viernes fue con Alina Sánchez, la hija de Cuco Sánchez, el viernes.
El sábado fue lo de los 65 años con Martín Urieta. Y luego el domingo, según iba a estar tranquilo, me invita el embajador de Irán en México, junto con su director artístico musical a la Embajada de Irán. Estuve toda la tarde en la Embajada de Irán.
Así me invitan ya dos veces que me invitan a su Embajada de Irán en México. Y el lunes, ayer, cumple años el primera voz de "Los Panchos" actuales. Y resulta de que junto a los grandes primeras voces de Los Panchos, de Los Soberanos, de Los Tres Caballeros, los grandes, anoche una bohemia.
Entonces, nada más estuve hasta las 10 de la noche con ellos y dije me voy para hacerla ya. Salí a la una de la mañana para acá, o sea que acabo de llegar hace un ratito.
Eugenio Amézquita Velasco
Profesor, hemos visto en su caminar, porque lo hemos publicado en Metro News y en Guanajuato, Desconocido, momentos que usted nos ha narrado y algunos que lo hemos seguido. Dos que así me acuerdo muy rápidamente. Uno, los homenajes a Julio Jaramillo.
Eugenio Amézquita Velasco
Sí es Julio Jaramillo, en Ecuador, un gran cantante.
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Tres años, con su hija, buscaba un requintista y un compositor.
Eugenio Amézquita Velasco
¿Cómo se dio este encuentro en Ecuador y estos homenajes a Julio Jaramillo? ¿Está en la radio de Ecuador? Creo que también por ahí estuvo usted, profesor.
Maestro Fidel Rivera Vargas:
La hija de Julio Jaramillo, una de las hijas de Julio Jaramillo, la mexicana, Julia Marina Jaramillo, andaba así por sus redes buscando un requintista y un compositor. Coincidentemente, por ahí una de sus amigas, que era mi amiga, dijo "yo conozco a un celayense, que es de las dos cosas, es compositor y requintista". Y le dice la hija de Jaramillo: "A ver, mándame canciones".
Ya me pidió canciones y le mandé canciones. Y luego un requinto, pues le puse "Nuestro juramento", que es el ícono de Julio Jaramillo. No, todo fascinado.
Dijo, me los llevo a Ecuador. Tres años fuimos encabezando los homenajes a Julio Jaramillo por parte de la familia en Ecuador. Ahí teníamos prensa, televisión, todos los medios estaban con nosotros y tres años fuimos los representantes de México en Ecuador.
Y aparte le hice el tema homenaje de Julio Jaramillo, el que está en Ecuador, en la radio cristal donde nació Julio Jaramillo, en el museo Julio Jaramillo. Mi canción se quedó ahí. Me dice la prensa: "Maestro, Ecuador le debe mucho a usted porque nadie ni aquí le vendría un tema así como ese que usted le hizo a Julio Jaramillo, al puro estilo de él".
O sea que esa fue nuestra estancia en Ecuador. Tres años con la familia de Julio Jaramillo encabezando sus homenajes.
Eugenio Amézquita Velasco
Ese es uno. Y el otro lo he visto, ya tiene usted de rato, maestro, diría yo algunos añitos, muy cerca de la figura de la música de Cuco Sánchez y acompañando precisamente a su hija, Alina Sánchez. ¿Cómo se dio esto, maestro?
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Una ocasión. La Lotería Nacional tiene un convenio con los autores y compositores y hace un boleto cada año para un compositor, o cada seis meses, no me acuerdo cuánto, pero sí hace para un compositor. Ya le han hecho su boleto a José Alfredo Jiménez.
También me invitaron a ese de José Alfredo Jiménez. También tengo un chat con la familia de José Alfredo. Y luego, Álvaro Carrillo.
Entonces invitan, ya yo me toca cantar en un homenaje con Julia Palma y estaba la hija de Cuco Sánchez, la hija de Alberto Cervantes. Alberto Cervantes compuso "Cien Años", todos los éxitos de Pedro Infantes "Si no me quieres, ni modo"... (canta el Maestro Rivera, sonriente).
Y hay de aquel que habla de mujeres, todas esas canciones chuscas de Alberto Cervantes. Y de Cuco Sánchez, "pues, ¿Y tú que te creías...?" (vuelve a cantar el Maestro).
Eugenio Amézquita Velasco
El rey de todo el mundo. Sí, sí.
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Sí, esas canciones "El Mil Amores", también de Tamaulipas. Entonces me dice Alina Sánchez, cuando me conocí, va a hacer la Lotería Nacional un boleto de Cuco Sánchez. Lleva una chamaca cantante.
¿Me la lleva? Me la llevo. Ahí nació la amistad con Alina Sánchez.
Ahora tiene un programa que se llama "Que se oiga, Cuco".
Entonces me pone a mí como su intérprete. Cada entrevista que le hacen, por ejemplo, sí, acá en la televisión, bueno, ¿cómo nació Rafael "Este Corazón"? ¿Cómo nació esta?
Y ella platica la historia de la canción y yo la canto. Así, en varios programas. Y tenemos una serie de programas en varias partes.
Acabo de estar en México y están las autoridades, el presidente municipal de Altamira, Tamaulipas, y ya Alina me dice que ya, bueno, me hacen la invitación para que estén sus homenajes allá en la tierra de Cuco Sánchez. Curiosamente en Altamira, Tamaulipas, hay una glorieta con un monumento a Cuco Sánchez. Esta glorieta, si es por vista aérea, es una guitarra.
Es una guitarra y las cuerdas, por ahí si pasan los carros, suena una canción. Tuvieron que desactivarla porque en las altas horas de la noche la gente se queja.
Eugenio Amézquita Velasco
Pues, maestro, sé que sé que hay muchísimas, muchísimas anécdotas más, pero regreso al origen de esta charla. Estamos hablando de un dignísimo egresado de la escuela de Roque, que en su momento fue la Gabriel Ramos Millán, que en alguna época fue el nombre que llevó el espacio de la Productora Nacional de Semillas, que estaba ahí en Cortazar, ahí en la estación, y que obviamente ahí hacían la selección, el mejoramiento de la semilla de maíz criollo para distribuirse a los productores. Pues no sé, maestro, que así ahorita en esta pequeña cápsula, parece larga pero es pequeña, ¿qué síntesis nos pudiera dar de este paso por Roque, por su paso en la escuela de Roque, maestro?
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Estuve de 1965 a 1968, el año lectivo educativo, y de ahí 69-71 terminé en Atequiza, Jalisco. Todos me mandaron para allá, pero Roque es una escuela, es una inspiración, es una catedral del amor hacia la educación, así es Roque.
Eugenio Amézquita Velasco
Bueno, maestro, pues le agradezco esta entrevista, la verdad es que es una, toda una joya, y pues vamos a estar muy al pendiente de todo lo que se vaya dando en esto que falta de 2025 y todo 2026 que va a ser un calendario de fiestas mes tras mes. Le agradezco maestro.
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Una mención también para nuestro maestro escultor Raúl Cerrito Lucatero, también de ahí mis compañeros de Roque.
Eugenio Amézquita Velasco:
Claro que sí, maestro. ¿Él también egresado de ese plantel?
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Sí, él fue ese que hizo los monumentos en Juventino Rosas, en Juventino Rosas lo que hay es monumentos en Cortazar del Padre Nieves, hizo para Cuba, para Surgidero de Batabanó, Cuba, también un busto de Juventino Rosas, también un gran personaje, un gran escultor, ya falleció. Era hasta mi pariente.
Eugenio Amézquita Velasco:
¡Válgame Dios!
Maestro Fidel Rivera Vargas:
En ese momento mi mamá era de Cuenda, de Juventino Rosas, y pues de ahí nosotros quería, no quería que faltara desapercibido el nombre de Raúl Cerrito Lucatero, gran escultor, Elías Muñoz, futbolista internacional, y ahí pues los que hemos también pisado tierras extranjeras, su servidor Fidel Rivera, como Ecuador, Cuba, Estados Unidos y así varias partes de la república.
Eugenio Amézquita Velasco:
La presencia de un artista egresado, bueno que cursó sus estudios en la Escuela de Roque. Maestro, muchas gracias.
Maestro Fidel Rivera Vargas:
Gracias, un abrazo, saludos a todos los que leen, que sepan que soy gente de la familia Celayense y gente de la familia del campo.
Eugenio Amézquita Velasco
Gracias maestro. Soy Eugenio Amezquita, al contrario maestro, soy Eugenio Amezquita, esto es Guanajuato Desconocido y Metro News, con un grande egresado de Roque y un grande de la música, el maestro Fidel Rivera Vargas. #MetroNewsMx #GuanajuatoDesconocido

