
Eugenio Amézquita Velasco
El padre Josef Sciberras liderará en Roma el proceso para elevar a los altares a los mártires laicos de Cortazar, hermanos Sierra.
-Trabajará muy de cerca con el párroco de Cañada de Caracheo, Padre Adolfo Manzano para contar con los elementos históricos y documentales del caso
-Los mártires de Guanajuato se suman a la gestión internacional del experto maltés ante el Dicasterio para las Causas de los Santos.
-La Diócesis de Celaya impulsa junto a Sciberras el reconocimiento oficial de los compañeros de martirio del beato Elías Nieves.
-Expertos en derecho canónico y hagiografía documentan el sacrificio de Jesús y Dolores Sierra durante la persecución religiosa.
-La oficina de Sciberras buscará demostrar las virtudes heroicas de los laicos que defendieron su fe hasta la muerte en Guanajuato.
-Con este nombramiento se fortalece la ruta jurídica para que los protectores del padre Nieves alcancen la beatificación oficial.
-El postulador maltés coordina los procesos de canonización en Roma para elevar a los altares a mártires y siervos de la orden.
-A través de rigurosas investigaciones históricas y jurídicas el religioso asegura la validez de los milagros y virtudes heroicas.
-Desde el padre Bill Atkinson hasta los mártires de Polonia, la oficina de Sciberras documenta el legado global de San Agustín.
-Diócesis de Celaya inició proceso para elevar a los altares a los hermanos Sierra.
-José de Jesús y José Dolores murieron por defender su fe y a su párroco, el sacerdote agustiniano Fray Elías de Jesús Nieves.
-Comunidad de Cortazar se suma en la búsqueda del reconocimiento oficial de sus mártires laicos.
-Obispo Aguilar Ledesma llamó a la comunidad a aportar pruebas de santidad.
El padre Josef Sciberras, O.S.A., originario de la isla de Malta y miembro distinguido de la Provincia Agustiniana de dicho país, se ha consolidado como la figura central en la gestión de la santidad para la Orden de San Agustín a nivel mundial. Con una formación académica de alto nivel en Teología y Derecho Canónico, Sciberras desempeña actualmente el cargo de Postulador General ante la Santa Sede.
Su oficina es el puente directo con el Dicasterio para las Causas de los Santos en el Vaticano, donde se encarga de instruir y defender los procesos de beatificación y canonización de los miembros de la familia agustiniana que han dejado una huella de virtud o martirio.
Su labor no se limita a la administración, sino que incluye una profunda actividad como investigador y documentalista. Recientemente, en el año 2023, destacó su participación como coeditor de la obra académica titulada Hagiografía agustiniana: Santidad, devoción y política hagiográfica, un estudio que analiza cómo se ha construido la imagen de los santos de la orden a lo largo de los siglos.
En sus funciones actuales, el padre Josef ha tenido gestos de gran relevancia simbólica, como la entrega de una cruz pectoral con reliquias de San Agustín, Santa Mónica, Santo Tomás de Villanueva y el beato Anselmo Polanco al cardenal Robert Prevost, quien tras ser nombrado prefecto en el Vaticano fue elevado al papado bajo el nombre de León XIV en este 2025.
Dentro de las causas que ya gozan del reconocimiento de los altares y que Sciberras custodia con celo, se encuentra el proceso de reconocimiento canónico de las reliquias del beato Stefano Bellesini, realizado formalmente en este año 2025.
Asimismo, bajo su dirección se encuentran expedientes en etapas avanzadas de venerabilidad, como los del venerable Gregorio Tomás Suárez y el venerable Sebastián Elorza, cuyas virtudes heroicas ya han sido decretadas por la Santa Sede.
En el ámbito de las causas en proceso, el padre Josef Sciberras ha impulsado casos de gran impacto social y humano. Destaca el del padre Bill Atkinson en los Estados Unidos, quien fuera el primer sacerdote tetrapléjico y cuya causa como Siervo de Dios ya ha avanzado significativamente hacia el reconocimiento de sus virtudes.
En el cono sur, Sciberras abrió formalmente en diciembre de 2022 la causa del padre Salustiano Miguélez Romero en Argentina. Del mismo modo, en España, supervisó personalmente en el año 2022 la toma de declaraciones para la causa de Fray Francisco Cantarellas en la diócesis de Mallorca y sigue de cerca el expediente de Agustín Liébana.
Su presencia internacional se extiende hasta Panamá, donde en 2018 presidió el cierre de la fase diocesana del padre Moisés González Crespo, cuya documentación se encuentra ahora en fase romana.
En Perú, coordinó en 2025 el traslado de los restos del padre John McKniff para dar solidez a su proceso. Finalmente, su labor también abarca el martirio europeo, gestionando la fase romana de la causa de Gaczek y sus compañeros, mártires agustinos de los campos de concentración nazis en Polonia.
Con cada paso, Sciberras garantiza que el rigor histórico y el sentido común jurídico prevalezcan sobre los intereses políticos, buscando siempre la verdad del testimonio cristiano.
El edicto emitido por el obispo de Celaya el 17 de noviembre de 2025
La Diócesis de Celaya ha dado un paso histórico en la ruta hacia la santidad de dos de sus hijos más fieles. Mediante un edicto oficial firmado por el Obispo J. Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, se ha formalizado el inicio de la Causa de Beatificación y Canonización de los Siervos de Dios José Eusebio Arnulfo de Jesús Sierra Vera y José Marcelino Anastacio de los Dolores Sierra Vera, laicos que regaron con su sangre la tierra de Guanajuato durante la persecución religiosa.
El documento eclesiástico, que en su encabezado en latín reza: Causa de beatificación o declaración de martirio de los Siervos de Dios José Eusebio Arnulfo de Jesús Sierra Vera y José Marcelino Anastacio de los Dolores Sierra Vera, fieles laicos, recuerda que el sacrificio ocurrió el 10 de marzo de 1928. En aquella fecha, los hermanos Sierra fueron asesinados junto al beato agustino Elías del Socorro Nieves, tras negarse a someterse a los perseguidores de la Iglesia en los tiempos de la resistencia cristera.
Según el edicto, ambos hermanos han gozado de fama de martirio desde el momento de su muerte, una reputación que ha crecido con el paso de las décadas. El Obispo Aguilar Ledesma subraya que su testimonio constituye un llamado continuo a la vocación de los discípulos de Cristo, destacando la sumisión de los Sierra a la voluntad del Padre y su fidelidad absoluta al Evangelio al entregar la vida por la salvación del mundo.
Este llamado a la comunidad permanecerá fijado en las puertas de la Curia y en todas las parroquias durante seis semanas. Con este acto, la Diócesis de Celaya no solo busca honrar la memoria de los hermanos Sierra, sino también fortalecer la identidad de una Iglesia que reconoce en el laicado un pilar fundamental de valentía y entrega incondicional a la causa de Cristo.
El texto íntegro del documento del Obispo de Celaya
Diócesis de Celaya, A.R.
CURIA EPISCOPAL
SGAR/331/93
Celayen.
Beatificationis seu declarationi martyrii
Servorum Dei
IOSEPHI EUSEBII ARNOLFI DE IESU SIERRA VERA
ET IOSEPHI MARCELLINI ANASTASII PERDOLENTIS SIERRA VERA,
Christifidelium Laici
(†1928)
EDICTO
El 10 de marzo de 1928 fueron asesinados, junto con el Beato mártir Elías del Socorro Nieves, sacerdote agustino, sus dos acompañantes, los laicos
SIERVOS DE DIOS
JOSÉ EUSEBIO ARNULFO DE JESÚS SIERRA VERA Y
JOSÉ MARCELINO ANASTACIO DE LOS DOLORES SIERRA VERA.
Los dos Siervos de Dios manifestaron una fidelidad al Evangelio al dar la vida, negándose a someterse a los perseguidores de la Iglesia durante los tiempos turbulentos de la resistencia cristera. Su testimonio, unido al del Beato Elías Nieves, constituye un continuo llamado a la vocación de los discípulos de Cristo, quien entregó su vida para la salvación del mundo en sumisión a la voluntad del Padre. Desde el inicio, ambos Siervos de Dios han gozado de fama de martirio.
Habiendo aumentado con el paso de los años dicha fama, y habiéndose solicitado formalmente el inicio de la Causa de Beatificación y Canonización de los Siervos de Dios, al ponerlo en conocimiento de la comunidad eclesial invitamos a todos y cada uno de los fieles a comunicarnos directamente toda noticia o información de la que puedan inferirse, de algún modo, elementos favorables o contrarios a la fama de martirio de dichos Siervos de Dios, o a hacer llegar al Tribunal ad casum, ubicado en calle Manuel Doblado 110, zona centro C. P. 38000, Celaya, Guanajuato, México.
Asimismo, debiendo recogerse, conforme a las disposiciones legales, todos los escritos de los Siervos de Dios y los que se les atribuyen, ordenamos mediante el presente EDICTO a quienes los posean que los entreguen, con la debida diligencia, al mismo Tribunal, salvo que ya hayan sido entregados a la Postulación de la Causa.
Recordamos que por "escritos" no se entienden únicamente las obras impresas, sino también los manuscritos, diarios, cartas y cualquier otra escritura privada de los Siervos de Dios. Quienes deseen conservar los originales podrán presentar copia debidamente autenticada.
Establezco, finalmente, que el presente EDICTO permanezca fijado durante seis semanas en las puertas de nuestra Curia Episcopal, en las parroquias y que sea publicado en los órganos de comunicación de la diócesis.
Dado en la ciudad de Celaya, Guanajuato, a los 17 días del mes de noviembre del año 2025.
J. Víctor Alejandro Aguilar Ledesma
Obispo de Celaya
Pbro. José Luis Solís Rincón
Canciller
Hermanos Sierra: Fieles compañeros de martirio
José Eusebio Arnulfo de Jesús Sierra Vera y José Marcelino Anastacio de los Dolores Sierra Vera, conocidos históricamente como los hermanos Sierra, representan uno de los testimonios de fidelidad laical más profundos de la Guerra Cristera en el Bajío mexicano. Originarios de la región de Cortazar, Guanajuato, estos hermanos no solo fueron protectores del beato Elías del Socorro Nieves, sino que compartieron su destino final el 10 de marzo de 1928, convirtiéndose en figuras centrales de la devoción popular en la comunidad de Cañada de Caracheo.
La historia de su martirio comenzó cuando el padre Nieves, perseguido por las leyes federales, encontró refugio en la casa de los Sierra en el rancho de San Pablo. José de Jesús, quien era un hombre de familia con responsabilidades sobre sus ocho hijos, y su hermano menor José Dolores, se mantuvieron firmes al lado del sacerdote a pesar del peligro inminente.
Cuando el destacamento militar al mando del capitán Manuel Márquez Cervantes irrumpió en la zona, los hermanos Sierra se negaron a abandonar a su pastor. Según las crónicas históricas y los testimonios recogidos por la Diócesis de Celaya, el capitán ofreció la libertad a los laicos si renegaban de su apoyo al clérigo, a lo cual ellos se opusieron tajantemente, prefiriendo acompañar al padre Nieves hasta el lugar de la ejecución en la hacienda de Las Fuentes.
Los detalles del martirio revelan una crueldad extrema y una fe inquebrantable. Al llegar al sitio elegido, se ordenó el fusilamiento de los hermanos antes que el del sacerdote para aumentar el sufrimiento de este último.
José de Jesús fue asesinado por el pelotón, mientras que José Dolores, según diversos relatos históricos y familiares, falleció de un colapso cardiaco justo antes de recibir las balas, producto de la tensión y el dolor del momento. Ambos murieron sin haber tomado las armas, manteniéndose como civiles cuya única "falta" fue la práctica de su religión y el amparo a su ministro.
Actualmente, el proceso para llevar a los hermanos Sierra a los altares ha tomado un impulso renovado. En noviembre de 2025, la Diócesis de Celaya, a través de su vocero el padre José de Jesús Palacios Torres, hizo un llamado formal a la comunidad para aportar testimonios de milagros que permitan avanzar en su causa de beatificación.
El proceso se encuentra en la etapa inicial de recolección de pruebas de fama de santidad, buscando que la Iglesia reconozca formalmente lo que el pueblo de Cortazar ha venerado por casi un siglo. Los restos de los hermanos han sido objeto de especial cuidado y memoria, existiendo apenas un par de fotografías que documentan sus rostros, las cuales hoy son piezas clave en la reconstrucción de su vida y virtudes para el tribunal eclesiástico. #MetroNewsMx #GuanajuatoDesconocido


