Cuando alguien de diferente región que comparte el mismo idioma habla, cuesta trabajo comprender o interpretar lo que dice. Ello no solo está relacionado con la selección de vocablos, la vocalización y la intención que se otorga a cada palabra; también se debe al ritmo y velocidad de expresión. En este último aspecto me voy a centrar, pero primero lo diferenciaré de lo anterior.
Por una parte, en cada región hay voces más usuales que en otras (he oído con mayor frecuencia la palabra mas como sinónimo de pero en España que en México). De igual forma, asignamos significados a un vocablo que en otras partes son irreconocibles. Por ejemplo, tenemos la voz pena. En España esta voz alude más a dolor emocional. Así, recurrimos a ella cuando damos el pésame: «Te acompaño en tu pena». En tanto, en México básicamente lo vinculamos con vergüenza: «Me da pena salir vestido así» y ello es algo que desconocen en España, aunque llegan a intuirlo.
El otro factor es el ritmo (se percibe por el acortamiento o alargamiento de determinadas sílabas en lapsos regulares) y la velocidad para emitir palabras. La rapidez al expresarse de un cubano o veracruzano, no es la misma que para un venezolano y un chiapaneco.
Así, un estudio comparativo, realizado por lingüistas (revista Languaje, vol. 87, n.o 3, septiembre 2011) reconoce que cada idioma tiene su velocidad para la transmisión de ideas. Motivado por este resultado, otro estudio (Avances de la ciencia, vol. 5, n.o 9) buscó afinar los mecanismos de medición y se encontró que el japonés y el español son los más veloces, lo que confirmaba los resultados del primer estudio que ya los había declarado así.
El modelo de estudio se basó en revisar el número de sílabas que cada idioma emitía por segundo. Asimismo, se contempló más de una región de hablantes. Me refiero a que si uno escucha a un andaluz de la Sierra, habla rapidísimo, pero su velocidad (mayor que la de un veracruzano o un cubano) también se debe a que no completa algunas sílabas: dice too por todo y naa por nada. Luego entonces, es más veloz, pero toma atajos, por llamarlos de alguna forma. La idea fue medir modelos de idioma estándar.
El japonés transmite en promedio 7.84 sílabas por segundo y el español 7.82, lo que hace similar por escasas centésimas su velocidad de habla. «Le siguen el francés (7.18), el italiano (6.99), el inglés (6.19), el alemán (5.97) y el mandarín (5.18). En contraparte, el estudio reporta que los más lentos son el cantonés, vietnamita y tailandés.
El mismo estudio puso de manifiesto que la velocidad no garantiza la mayor y mejor trasmisión de información. Uno de los científicos comparó la velocidad del hablar con alas de aves. Para determinadas condiciones alas grandes pueden ser mejor, pero en otras las pequeñas se imponen. Lo importante es la densidad de información y eso es similar en todos los idiomas: 39 bits por segundo. #MetroNewsMx #GuanajuatoDesconocido
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