
Comienza junio, un mes significativo por diversas razones, días de encuentro, de celebrar, de compartir y disfrutar, pero también de hacer altos en el camino y hacer un balance de aprendizajes, descubrimientos, desafíos y retos.
Siempre he creído en los ciclos, en su temporalidad, crecimiento, oportunidad y avance. Hay veces y por diversas circunstancias toca cerrarlos, no es fácil, es todo un proceso equiparable a un duelo.
Hace tiempo compartí con un grupo cercano de amigos que mi ciclo que duró poco más de veinticinco años había terminado, no fue necesario dar razones solamente era parte del paso a dar.
Días después recibí de un amigo cercano (Mtro. Armando Hernández Origel) con quien compartí camino laboral y de vida como guía, consejero, tutor un correo electrónico con breves palabras de ánimo y un bello texto del novelista brasileño Paulo Coelho, no compartiré todo el texto, pero si los párrafos que fueron caricia, consuelo y ánimo.
“Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Sí insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.
¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. … ¡Así es la vida!” https://www.cop.es/colegiados/b-00085/escritos/historias/circulos.HTML
Sin duda en todo este tiempo conocí personas maravillosas, hice grandes, valiosas y sinceras amistades, tuve extraordinarios estudiantes, grandes anécdotas en el aula, campamentos, vivencias y descubrimientos en países, experiencias de vida, oración, reflexión, estudio y preparación, juegos y travesuras. Hoy sólo resta mirar para adelante, buscar y crear nuevas oportunidades y decir ¡GRACIAS!
Es bueno reconocer que se requiere tiempo para trabajar en este tipo de procesos, pero con amor y paciencia se puede, sabiendo que esa herida por fin sanó y que sólo quedó un aprendizaje más de un capítulo de mi vida.
Y termino esta reflexión con una frase de una de mis canciones favoritas: “Viví la inmensidad, sin conocer jamás fronteras, jugué sin descansar… y a mi manera”. #MetroNewsMx #GuanajuatoDesconocido
Publicar un comentario